Esta pregunta parece muy fácil de responder pero se las trae.
Para empezar yo digo que los castristas, los revolucionarios de la “revolución”, los “fidelistas por siempre”, los aguerridos de “la punta del pie, la rodilla”, los milicianos de la “leche cortada”, los croqueteros imitadores de “Yo soy Fidel” y los comunistas “mariantonietanos” de Raúl Castro, el General Bijol, conforman el movimiento, el grupo, la masa, la guerrillita, el “te miro de medio lado” y el partido político que representa el mayor inmovilismo, la más absurda intolerancia, la más pérfida represión y el “frena burrito, frena” más fascista impuesto al pensamiento evolutivo de los seres humanos en el Siglo XX y el XXI.
Son como “cangrejitos salidos del mar” moviéndose en un mundo que cambia constantemente y que ellos se empeñan en mantener estático, como si siguieran viviendo en el 1 de Enero de 1959, al menos eso es lo que quieren hacernos creer. Sí, porque en la vida real todos estos hijos de puta gozan, en sus vidas privadas, de las más altas tecnologías, de las comodidades y los “excesos” del capitalismo salvaje así como de facilidades para la vida y “aparaticos” para tranquilizar los vapores del cuerpo y las lujurias del alma.
Yo estoy casi cien por ciento convencido de que nadie en este mundo defiende a una dictadura por amor, sea cual sea. Cualquier gobierno dictatorial dirigido por un hombre, o grupo de ellos, que se impongan en el poder mediante la fuerza y coaptando las libertades cívicas y constitucionales de los pueblos no pueden ser “amados” porque, vistos desde la decencia, la inteligencia y el sentido común, violan los más elementales derechos humanos, democráticos y lógicos de los hombres.
¿Alguien podría dudar entonces que Fidel Castro nos impuso a los cubanos, y que hoy mantiene ilegalmente su hermano Raúl, una dictadura?
Yo no.
En Cuba se ha dado un fenómeno interesante, en este largo período mal llamado revolución en que los Castro han dominado nuestras vidas, y es la radicalización de un grupo de fieles seguidores y “estibadores” del castrismo llamado los tontos útiles. Esta masa amorfa de individuos, según mi amiga la cínica, es fácilmente reconocible porque la mayoría, más del 97,3 por ciento de ellos, tienen la cara y el cerebro como un culo. Son entes paridos por un patria o muerte que se enredaron eternamente en esa frase y que ven en Fidel, Raúl y en esa revolución de mierda la salvación milagrosa porque, según ellos, les dieron salud, educación y unas cuantas porquerías más de forma “gratuita”.
Contra estos individuos es muy difícil enfrentarse, aunque gracias a Dios van quedando cada vez menos, la realidad es que hacen mucho daño, son los principales horcones, literalmente hablando, de esos delincuentes políticos, comunes, sociales, económicos y morales que “desfloran”, día tras día, la virginidad de los cubanos.
Los oportunistas del castrismo son otra cosa, para empezar son la mayoría de los adeptos a la revolución de la croqueta rauliana, son los que más gritan y los que más colora’os se ponen pa’ defender al régimen porque saben que en ello les va la javita del aseo personal, el acceso a internet “pa’ combatir al enemigo”, el cuño de “políticamente correctos” muy útil para abrir puertas en ese depravado sistema, los viajecitos al exterior pa’ conseguir algunos fulas, los cuc extras para comprar en la “chopi”, la semanita en la playa por el plan CTC y un montón de ridículas prebendas que, aunque usted no lo crea, son imprescindibles para soportar el asfixiante “pitcheo” de un “gobierno” que a todo le dice: No se puede.
Estos individuos, aunque son también muy peligrosos, no asustan tanto porque en el fondo son unos cambia casacas y hoy están en La Habana y pasa’o están en…
Hablar del daño que provocan estos mequetrefes y bandidos de la oportunidad es hablar de la dictadura en sí misma. Fidel Castro fue un oportunista de la pi a la pa que supo “colarnos” su veneno y sus locuras para construir una sociedad y un país totalmente dependiente de sus caprichos, generando en los cubanos una mentalidad tan sumisa que fuimos capaces de decir, por mucho tiempo: Esta es tu casa Fidel, Pa’ lo que sea Fidel, Comandante en jefe ordene, hasta el ridículo y bochornoso Yo soy Fidel, la última moda de los chicharroncitos que “quieren” seguir marchando hacia un ideal.
Si necesitan ejemplos de estos idiotas me avisan que aquí mismo en Facebook hay unos cuantos…
Ricardo Santiago.