Los “compañeros” de Otaola, perdón, los otañeros del CDR de Miami.

Para mi el youtuber @alexanderotaola, no influencer pues este personaje si algo ha “influenciado” es la exaltación de las peores actitudes de los cubanos, es un tipo que, enmascarado tras un radicalismo a ultranza contra el régimen castro-comunista de La Habana, pero que si usted lo mira bien, no es más que un ardid para cautivar almas en pena y convertirlas en soldados de un ejército fantasma, de un escuadrón de “compañeros” dispuestos a defender con estupideces comprobables al “amor” de sus vidas, es un oportunista de marca mayor, un tipo que viró a su favor una tortilla sin huevos, como lo es “luchar por la libertad de Cuba”, en un momento donde, parecía, había un vacío en la «gritería» anti-castrista del exilio.

En la vida real este “torbellino de pasiones” fue muy habilidoso en eso de mezclar el chisme farandulero, por cierto, algo que nos encanta a los cubanos pues alimenta nuestra morbosidad endémica, con la lucha de todo un pueblo, al estilo de fidel castro quien, desde una tribuna “anti-imperialista”, daba riendas sueltas a sus amenazas, a sus ataques desenfrenados y a su guapería barata, contra todos sus enemigos, contra todo aquel que no se plegara a sus diarreas mentales y contra quien se atreviera señalarle uno solo de sus disparates, un solo error o una simple equivocación pues, como buen cachondo ideológico, no admitía que nadie, que absolutamente nadie, lo contradijera, lo criticara o se le opusiera.

Por eso fidel castro se hizo eterno en el tiempo y en la vida de los cubanos, de los seres cubanos. Creó, moldeó y reprodujo, un nuevo modelo de hombres y mujeres sin materia gris, sin neuronas de pensar, con más miedo que películas soviéticas vistas, y que fueron muchas, a los que llamó compañeros pa’quí y compañeros pa’llá, y que sirvieron para calzar, apuntalar y sostener, toda la parafernalia destructiva que salía de su podrido cerebro y que, en muy pocos años, acabó con una isla que era una tacita de oro flotando a su aire en medio del mar.

Sin intentar hacer comparaciones, pues para mi la maldad de un tipo como @alexotaola es ingenua al lado de un diablo como el cambolo de Santa Ifigenia, sí coinciden y se asemejan en un punto, en una triste esquina donde pululan los basureros de mi barrio, y es la creación de otro modelo de cubanos, en este caso de la otra orilla de ese mismo mar, y son otros compañeros, en este caso “otañeros”, aglutinados en una especie de comité de defensa de la “contrarrevolución”, dispuestos a apoyar y defender, con uñas y dientes, con una venda sobre los ojos y con otra banderita metida en el culo, cuanta aberración, cuanto ataque, cuanto desprestigio y cuanta blasfemia, sale de la boca de este youtuber de las cinco y media pasado meridiano, contra uno o contra muchos seres cubanos.

Algunos pensarán que yo la tengo cogida con este puñetero “chiquito”, con este “valiente” defensor de una libertad que nunca llega, pero no, les puedo asegurar que para mi, @alexanderotaola, no es más que la cabeza visible, el peón, la marioneta infeliz, de una fuerza oscura que, desde las sombras, desde un anonimato oportunista, impulsa la división entre cubanos como fuente de ingresos económicos pues es muy evidente que si Cuba se libera, de la peor tiranía de la historia, ellos dejaran de recibir tan cuantiosos ingresos y tendrán que ponerse a trabajar, en la concreta, como lo hacen todos los mortales.

Los otañeros pa’quí y los otañeros pa’llá de @alexotaola son un apéndice muy importante en este juego sucio contra todos los seres cubanos que no se arrodillen a la maldad del amo misterioso, del que maneja los hilos tras bambalinas. Unas fuerzas especiales, en las que he visto involucradas a personas que yo creí inteligentes, pero que se han dejado embaucar por este youtuber gritón, dispuestas a saltar y matar para defender una causa que va desde lo ridículo a lo sublime sin detenerse, en realidad, en lo más importante y supremo y es que para liberar a Cuba, de tan criminal dictadura, primero se necesita impulsar a un ser cubano verdaderamente libre de polvo y paja en la conciencia.

Pero la ceguera de estos otañeros empaña el panorama de la libertad de Cuba, se consagran en vender el “arrojo” de este sujeto sin darse cuenta que, tras ocho años de “valientes denuncias”, según ellos, desde una poltrona calientica y cómoda en Miami, solo ha logrado profundizar, aun más, el enorme tira y encoge que, por nacimiento y por vocación, existe entre nosotros los seres cubanos.

Ricardo Santiago.

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