Algunos cubanos se consideran hijos de Fidel Castro. Es natural, jorobita, jorobita lo que se da no se quita. Estos huérfanos liliputienses están en el malsano derecho e izquierdo, sobre todo este último, de elegir paternidad “al libre albedrio”. A muchos de nosotros nos puede parecer un disparate, un chiste de muy mal gusto, una abominación y una “mariconeria” pero lo cierto es que es así, es real y ellos mismos se encargan de gritarlo, sin esconderse, a la vista de todos, como parte del macabro juego de provocaciones y chicharronerias diseñadas para y por estas repugnantes sabandijas de las profundidades.
Pero bien, debemos respetar, ser democráticos y no reírnos a carcajadas pues cada cual elige la “paternidad” que más le gusta y, en pleno goce de sus facultades físicas y mentales, como le salga de sus entrañas. Después no digan: “Yo no fui, no sabía, me amenazaban, me engañaron o yo también quería coger mi cajita de comida, vi la cola y me trastorné…”.
A quien Dios se lo dio…
A mí que Dios me perdone pero yo prefiero quedarme sin padre. Yo digo que ya fue suficiente con haber nacido en Cuba, después de 1959, para también considerarnos y autoproclamarnos descendientes directos del “rey” de los pornochacumbeleros.
Generalmente quienes más lloran y sufren al tirano hecho polvo, con sus cánticos y la desbordante palabrería babosa y guatacona de: ¡Ay papi por qué te fuiste y me dejaste con este corazoncito chamusqueado y echando humo…”, son los tipos más oportunistas, detestables, vomitivos y los que menos tienen y mantienen una actitud consecuente con el invento de socialismo que nos empotró a los cubanos su padre “amoroso” y degenerado.
Quienes conozcan la verdadera historia de Cuba de los últimos 60 años y hayan estudiado el comportamiento, la malevolencia y el pensamiento de Fidel Castro, sabrán que el sátrapa en jefe detestaba y odiaba a los adulones y tracatanes porque según él mismo decía: “Estos tipos hoy están conmigo pero mañana están contra mi…”. Aun así los utilizaba hasta que les convenía y después los tiraba como papel de baño usado y los descargaba en el retrete de su propia oficina. Nunca los consideró seres humanos reales por la “blandenguería ideológica” y la flojera de piernas manifiesta en estos arrastra’os del destino. Si el Conde del meteorito no creía en su familia, ni en la madre que lo parió, cómo carajo iba entonces a respetar a lameculos consumados y sanguijuelas con moral cambiada al primer susurro del viento.
Algunos de estos “hijos” oledores del ano en jefe viven en la ciudad de Miami. Si. Están gordos y se comen un buen bistec cuando quieren a diferencia del cubano de Cuba. Duermen en aire a condicionado para aliviarse del desagradable pican, pican los mosquitos con tremendo disimulo…, a diferencia también del cubano de Cuba, no viven hacinados en una casa con varias generaciones de familiares ni les falta el agua y la electricidad todos los días, tienen buenos servicios médicos y medicinas y fuerza y mucha vida para hablar mierda constantemente y defender a su Papá Montero, ¡zumba, canalla rumbero!…
Por ejemplo, díganle a Edmundo García que enseñe una foto donde su “padre amantísimo” lo esté abrazando. Imposible. Este personero es el protagonista principal de la serie llorona de Netflix “El padre que nunca tuve.”
Honor a quien honor merece y desprecio para las sabandijas “totifinas”. Los hijos bastardos de Fidel Castro, por autoselección, no son más que agitadores entrenados por la crápula fidelista para sembrar el pánico en el mundo ante la posibilidad de que uno de estos herederos postizos salga igualito que: “Aleluya la patrulla”, y tengamos revolución para rato.
No nos engañemos ni les quitemos los ojos de encima, la prole maldita del tirano es muy dañina, perjudicial e inmunda. Debemos pensar en alguna forma legal de silenciarlos y expulsarlos de nuestro exilio honesto, triste y sagrado.
Dice mi amiga la cínica que el exilio cubano tiene muchas voces pa’ defenderlo: “Yo no me explico cómo estos degenerados juegan con candela y se hacen los graciosos…”.
Ese es el personaje mas despreciable de los que viví en USA . Que podríamos hacer para expulsarlos de USA ?
Inmundo Garcia ha vivido toda una vida abochornado y tuvo que irse de Cuba, siempre anhelo en secreto horas intimas con un Negron bien dotado que ademas llevara carnet rojo en el bolsillo, dicen que se babeaba cuando veia a Esteban Lazo y se imaginaba el dolor; pero nunca se dio y despechado se fue al exilio.