Los “homenajeantes” de la Alianza Martiana.

homenajeantes




Insisto amigos: Expresar la opinión personal y defenderla es un derecho sagrado. Homenajear a quien consideremos “útil”: una actitud ante la vida. Protestar es un deber humano cuando entendemos que la injusticia campea por su respeto. Pero ser digno, vivir y amar con dignidad, eso es otra cosa, se nace de pie, con verticalidad en nuestros principios, o se vive “recostado”, de medio lado y caminando siempre por la acera de la “sombrita” pa’ que el sol no te dé picazón en la mollera. Usted decide dónde quiere estar.
Dios los cría y el diablo, que en paz no descansa, los junta.
¿Qué habría pasado si un grupo de cubanos, nosotros, hubiéramos organizado en La Habana un homenaje a Hubert Matos, Mas Canosa o sencillamente a Guillermo Álvarez Guedes?
¿Se imaginan?
Y digo un homenaje sencillo, con la misma “ingenuidad” y el mismo “amor” que estos adoradores del castrismo profesan y manifiestan por su querido, admirado, respetado y bien ponderado: “un rubí, cinco franjas y una estrella…”
Algunos de estos “cubanos” consideran a Fidel Castro como un padre. Es natural. Les deben a los once mil castristas y prefieren ser los hijos bastardos del dictador a denunciar los atropellos y desmanes de este contra el pueblo de Cuba.

Estas son de las cosas en la vida que asustan y que no nos dejan pegar un ojo en toda la noche. Cantarle a Fidel Castro en Miami es una provocación manifiesta, traicionera, cobarde y merece un castigo ejemplar o muchos de ellos. Para empezar propongo obligarlos a que se coman el flan de Carmela.
Dice mi amiga la cínica que esa “actividad” fue orientada y organizada desde La Habana por los “jefes directos” de estos personeros pornochacumbeleros y “aguerridos combatientes por la libertad”, es decir, los tontos útiles del castro-comunismo o los come-moringas vaciladores del capitalismo al servicio de la tiranía castrista y de la Dama de las Camelias.
¿En la vida real estos tipos trabajan? ¡Vaya! Una pregunta asi, como el que no quiere las cosas.
No se puede homenajear al tirano desde José Martí o una Alianza Martiana. Hacerlo es un sacrilegio, un oportunismo cobarde y un desconocimiento total de la rabia que sentía, manifiesta en cada uno de sus actos, el sátrapa en jefe por Cuba y los cubanos. Les pongo un simple ejemplo: Obligar a todo un pueblo a dispararse un discurso de seis u ocho horas hablando y repitiendo porquerías, es prueba de que no se tiene ni el más mínimo aprecio por la vida ajena.
Fidel Castro era, mejor dicho, fue de todo menos martiano. Fidel Castro se pasó por el c… el pensamiento, la humanidad y la grandeza de José Martí. Fidel Castro utilizó la imagen del Apóstol para sus intereses personales y manipuló las ideas del más grande de todos nuestros pensadores al hacerlo autor intelectual del acto terrorista más cobarde en la historia de Cuba: El asalto al Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953.
Una verdadera burla a la inteligencia de todos los cubanos y que ahora los “hijos ilegales” de Fidel Castro, perversa y oportunistamente exiliados en Miami (el exilio ejemplar), quieren convertir en payasearías patrioteras y justificar así las prebendas, las “mascaditas sustanciosas” o simplemente los perdones que reciben del nuevo-viejo gobierno dictatorial de La Habana.
La retórica malformada y antediluviana de estas plañideras desterradas es más de lo mismo: el inmortal, el invencible, el cascanueces que se traba, la figura, el acordeón sin aire, el ejemplo medio muerto o medio vivo, la fosa eterna, la grandeza, aura tiñosa ponte en cruz, el cuatrero magnífico o el burrito de San Vicente que lleva la carga y no la siente… Las mismas loas de toda la vida y el mismo discurso maloliente, fétido, baboso y repugnante diseñado para alabar y chupetear al hombre que sumió a Cuba y a los cubanos en un injusto, desgarrador, incurable, tormentoso y eterno “paisaje después de la batalla”.




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