El día que me fui de Cuba, y en el avión que me traía a Canadá, recuerdo que no pude contenerme y algunas lágrimas brotaron de mis ojos (en realidad bastantes). No voy a negar que me sentía triste, mucho, en primer lugar tenía el presentimiento de que no volvería a ver a mi madre con vida y en segundo lugar porque, después de mucho trabajo, sustos, miedos y otros sentimientos terribles, por fin lograba salir de un país, mi país, que para mí se había convertido en el mayor centro de corrupción, extorsión y en el presidio de la vida.
En el mismo avión, mirando las nubes, me propuse dejar las lamentaciones atrás y convertirme en alguien distinto, cambiar desde mi forma de ser y pensar hasta mis gustos por la comida las bebidas y los sueños. Si, quería dejar de ser yo porque en los últimos tiempos mi vida en Cuba fue una total desesperación y no quería nada, absolutamente nada que me recordara esa agonía.
Sólo quien ha hecho trámites para una “salida legal del país” (antes de que se aprobara la Ley que permite a los cubanos viajar sin necesidad de una “carta blanca”) puede entenderme. Yo tuve que sonarme todos los tramites, to’iticos, to’iticos, desde la solicitud del pasaporte hasta la liberación del carnet de identidad. Si contara la cantidad de dinero que tuve que pagar para “viabilizar el papeleo” nadie lo creería.
Por respeto a algunas personas y para no ser un “chivatico despistado” no voy a referir nombres ni procesos legales y sus respectivos sobornos, aunque hubo algunos, como el oficial del MININT del carnet de identidad que merecería hasta publicar su foto por descara’o y sinvergüenza.
Las formas y métodos de extorsión de estos “funcionarios” son diversos e ingeniosos pero, como yo siempre he dicho, toda la pudrición que se origina en Cuba es consecuencia de las políticas, leyes y control que ejerce el Estado sobre los cubanos y a la larga el único promotor y responsable de esta putrefacción.
Pues bien salí de Cuba con 36 grados de temperatura y al arribar al aeropuerto de Toronto había menos 2 grados, dice mi amiga la cínica que esta fue la mejor explicación del cambio que daría mi vida y de cómo iba a tener que adaptarme a una realidad que estaba a cientos de años luz de la tierra donde nací.
No voy a cansarlos con anécdotas sobre la vida del emigrante, sobre todo del emigrante cubano, solo diré que, por derecho propio me hice ciudadano canadiense, con pasaporte y todo, y les puedo asegurar que se siente una dimensión diferente de la vida y una libertad que va más allá del puro concepto de legalidad, deberes y derechos.
Entonces me hice esta pregunta: ¿Para qué me sirve la ciudadanía cubana?
Como ciudadano canadiense puedo viajar sin necesidad de obtener un visado a muchos países del mundo, casi el 99.9 porciento que tienen un sentido lógico para mí visitar, además de que el gobierno canadiense me protege y me apoya, a través de sus embajadas y consulados, en cualquiera de estos lugares.
Y me hice otras preguntas:
¿Quiero o necesito ser ciudadano cubano?
¿El gobierno cubano protege a sus ciudadanos?
¿La “actualización” del pasaporte cubano es otra forma de controlar a los cubanos fuera de Cuba?
¿Los altos precios de cualquier trámite en los Consulados de Cuba es otra forma de extorsión económica a los cubanos?
Uf…
Un día en mi trabajo alguien dice: “No, a Ricardo no le gusta el café de Tim Hortons, a él le gusta bien fuerte como se toma en Cuba…” Y entonces me di cuenta que ser cubano, más que querer, es una necesidad, un gen que va mas allá de un concepto de ciudadanía y un pasaporte “actualizado”… lástima que este gobierno que tenemos nos empuje a sentir otras cosas…
Continuará…
todo muy triste,pero la dura realidad,es que si jamas fueran a cuba,los mismos castros tendrían que ver que hacían,ojala,cuando pase todo,las futuras g eneraciones no cometan el mismo error de quienes nos antecedieron,que jamas se practique el caudillismo y mucho menos aceptar algún tipo de socialismo y obre todo, no volver a pelear entre nosotros
Sin patria pero sin amo.
Estoy de acuerdo 100 ciento por ciento.Cuantos papeleos ,dinero y mentiras.Recuerdo cuando la oficial del min-int me preguntò si mi salida era definitiva y tuve que mentir para evitar sucesivos papeleos en la Reforma Urbana, carnet de identidad etc.Siempre dije que si me dejaban salir no regresaria nunca mas y que al pasaporte cubano le daba fuego.
Me siento cubano y mas viajo y conosco nuevas personas, culturas etc mas me siento cubano pero nada que ver con la Cuba actual politicamente, ideologicamente hablando.
Una decada ha pasado desde que abandonè Cuba y no he regresado nunca, el gorrion no lo he sentido nunca porque para mi la libertad es mas importante que todo lo demas.
Per ironia de la vida donde vivo en Italia todos me llaman «CUBA» y esto me llena de orgullo todos los dias pero no soy «CUBA DE LOS CASTROS» yo soy «CUBA LIBRE» sin patria pero sin amo.
Esres unos de los pocos cubano que salen de su hermosa tierra y no tienen miedo de desir la puresa de la verdad dioste bendiga hermano hestamos en la misma historia ,mis mas sinseros habrasos desde Europa
Desgraciadamente dejamos nuestros afectos en cuba,la madre ,el padre ,hermanos….,soy naturalizada,ciudadana americana pero para regresar a cuba ,y solo para cuba ,necesito actualizar el pasaporte más caro del mundo que es el cubano,hasta ese punto siguen abusando de los cubanos ,dentro o fuera de la isla,mi pregunta es Hasta cuando?
Lo importante, (mas allá de ciudadanias), es sentirse libre amigo entrañable.
Y esa condicion lamentablemente, no todos la saben disfrutar y andan cargando con sus cadenas donde quiera q van, ya lejos de despotas y tiranos.
Hay muchos q han adoptado nacionalidades diferentes y son hoy mas esclavos de los Castros q cuando vivian en el latifundio.
Desde q sali de Cuba no he vuelto ni de visita, y solo lo haré o, cuando los Castros me dejen entrar con mi pasaporte norteamericano, o con un pasaporte cubano expedido ppr una Cuba libre.
Mientras, sigo siendo cubano aunque haya adquirido otra nacionalidad, y como dijese el poeta, «si no fuera cubano, pagaria por serlo»
Es q ser cubano es mas q una condicion, es un privilegio, aunque q algunos no la sepan llevar.
Ser cubano es ser alegre, es ser emprendedor, es no temer al desafio, es ser laborioso, constante, indetenible y obseco en la busqueda del exito, es ser buen hijo, buen padre, buen hermano, eso es ser cubano, si ves otro no es asi, y dice serlo, tranquilo, ese es un plagio, yde esos en todad partes hay.
El dia q yo pueda regresara mi tierra, libre de tiranias, entonces quiero entrar con un pasaporte cubano, expedido por una Cuba libre, porque para regresar, no habré tenido q pactar con nadie.
Quiero volver cuando mi gente, toda, tambien pueda hacerlo sin ataduras ni comprometimientos, cuando a nadie obliguen a callar ante lo que les desagrada, cuando a nadie le exijan bajar la cabeza ni agradecer cuando se les maltrata, cuando nadie tenga q esperar la autorizacion de un ceboso y uniformado comisario poltico que decida, cuando podemos entrar o salir.
Asi si, de otro modo seguiré viviendo en tierras lejanas y frias, agradecido y sufrido, viviendo con otro pasaporte, ejerciendo mis deberes y de mis derechos ciudadanos q allì, en mi otrora tierra, me fueron negados.
Mientras tanto, por accá o por acuyá seguiremos viviendo aunque tal vez nunca mas podamos regresar, pero siempre y orgullozamente, siendo cubano!!