¿Por qué los cubanos hemos permitido que los castristas actúen como los dueños de Cuba?



Yo siempre he pensado que cuando fidel castro se lanzó a su aventura manigüera de “liberar a Cuba” tenía más en mente descubrir y apoderarse de la ciudad “El Dorado” que hacer una gesta independentista seria, responsable y decente.
Y digo esto porque quienes tengan algo de sentido común sabrán que nunca habrá independencia sin democracia, progreso con socialismo o libertad con dictadura.
En fin, lo único que hizo este “bisnero” de la libertad fue armar todo tipo de patrañas para “morder y no soltar” un poder que, constitucionalmente, democráticamente, jurídicamente y moralmente, no le tocaba porque, sencilla y llanamente, ese tipejo nunca fue elegido por el pueblo cubano.
fidel castro, con el dice y con el mulo, dio un golpe de estado en Cuba en Enero de 1959 con el apoyo de muchos cubanos “adormecidos”, con la idiotez política de casi todo un pueblo, con el apoyo de varios gobiernos y con la “vista gorda” de organizaciones internacionales encargadas de “impartir” justicia y de condenar las actitudes antidemocráticas en el mundo. Así de simple.
El General Batista, el 10 de Marzo de 1952, había hecho lo mismo con la intención, según él, de evitar que ideas demasiado “sociales” llegaran a la presidencia de la República. Golpe de estado contra las instituciones constitucionales que, como cuentan algunos conocedores del tema, también le fue sugerido por el propio fidel castro…, a mí no me crean.
Batista nos impuso a los seres cubanos una dictadura en la que suspendió todas las garantías constitucionales pero impulsó la economía nacional, el desarrollo y la vida a niveles estratosféricos, y sí es cierto que desató una feroz represión contra quienes, utilizando métodos terroristas, intentaban subvertir el orden y la tranquilidad ciudadana. Los métodos que aplicó la policía batistiana fueron absolutamente censurables pues el país se convirtió en un campo de terror en el que tuvieron gran responsabilidad pero, y es mi criterio, mucho más quienes pusieron bombas en instituciones civiles, asesinaron a policías y militares, asaltaron cuarteles o convirtieron al país en “la guerrita de los palmares”.
Según cuenta la historia, que nos enseñaron en la escuela, Batista fue un asesino, un ladrón, un corrupto y un dictador, cierto o no le perdonó la vida al mismísimo fidel castro y a muchos de sus apandillados seguidores cuando, en el acto terrorista más siniestro que conoce la historiografía cubana, atacaron los cuarteles Moncada, Bayamo y el hospital Saturnino Lora, provocando un montón de muertos y heridos que aun hoy claman por una justicia verdadera.
Algo que nunca ha hecho el castro-comunismo con cuanto ser humano se les ha enfrentado, los ha contradicho o, sencillamente, les ha demostrado que todo lo que proclaman, que todo lo que promocionan o que todo lo que nos quieren vender, es pura mierda demagógica y sí mucha hambre, mucha miseria y mucha agonía.
Yo siempre he dicho que fidel castro se creía un Corsario Negro o un Capitán Morgan. Las acciones de este déspota dictadorzuelo, a lo largo de su alevosa existencia, me lo han confirmado pues todo su accionar siempre tuvo un carácter más de filibustero, de cuatrero de los mares, que de Libertador, y más de rapíñero conquistador que de un independentista consecuente con la Patria y con el pueblo como sí lo fueron Ignacio Agramonte o el propio José Martí.
¿En la vida real qué hizo fidel castro con Cuba y los cubanos?
Una vez que se adueñó del poder en Cuba urdió un extraño, estrambótico, enredado, incomprensible, inaceptable e ilegal entramado de leyes, organismos, instituciones y sistema de “gobierno” que le otorgaron el poder absoluto de la nación así como la máxima autoridad, indiscutible, para hacer y deshacer, sin que nada ni nadie le ofreciera resistencia, en un país que había “conquistado” con mentiras y vencido a su pueblo con chantajes, amenazas, represión y muerte.
Un partido único, el comunista, una constitución única, la socialista, un “presidente” único, un castrista, la croqueta de subproductos, el alimento insignia de la revolución del picadillo, un parlamento único, el elegido entre los comunistas, un poder jurídico, subscrito al partido comunista, la casita en la playa, para los vanguardias del socialismo, la canasta básica subsidiada, para los obedientes, los ministros, presidentes y directores de empresas, organismos e instituciones, bien sumisos para que la revolución les meta el dedo y ni protesten y mucho ron a granel y cerveza de pipa para el proletariado para que aplaudan la benevolencia de nuestro gran líder y que cuando este hable de “justicia social” to’l mundo calladitos, que se ven más bonitos.
Ricardo Santiago.



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