Porque es más fácil. Porque tras 60 larguísimos años de un, dos, tres, “izquierda izquié”, las neuronas se nos trastornaron por tanta zoncera, bobería y comeduras de mierda con fidel castro. Porque le ronca el mango y le zumba la berenjena. Porque perdimos el rumbo que llevábamos y nos tragamos el cuento de que remando pa’tras llegaríamos a la tierra prometida. Porque nos gusta el brete. Porque nunca nos conformamos y preferimos las ilusiones pa’ morir de desengaño. Porque el que nace pa’ sumiso del cielo le caen los grilletes, el látigo, el cepo, la tortura y una libreta de racionamiento.
Porque nos engañaron y permitimos que lo hicieran. Porque nos quedamos bizcos. Porque nos dijeron que era de patriotas gritarle malas palabras al imperialismo antes que ponernos a trabajar la tierra. Porque le agarramos el gusto a “vegetar” de lo lindo y a vivir de las “gratuidades” castristas. Porque adoramos como monjes “calladitos” la chusmería. Porque usábamos desodorante de pastica. Porque nos íbamos con tremendo entusiasmo de cara al campo cantando himnos a la revolución. Por cierto, una vez trabajé en una escuela al campo recogiendo fresas, durísima, pero durísima la faena y nunca, en mi vida en Cuba, pude si quiera probar una de aquellas frutillas rojitas…, a no ser en los durofríos de la Gallega.
También porque oímos cascabeles y nos alebrestamos creyendo que llegaron las navidades. Porque aceptamos sin cuestionarnos que el “león” es tan fiero como lo pintan. Porque nos metieron el cerebro en lejía y nos lo pusieron blanquito, blanquito. Porque cuchillo, varón, tijera una hembrita. Porque no somos ni Romeo ni Julieta. Porque vivimos mirando sin prestar atención. Porque somos unos pendencieros. Porque preferimos agredir al amigo que a nuestro verdadero enemigo. Porque quisimos ser los hombrecitos nuevos del librito la historia me absolverá. Porque mal rayo me parta y porque le dimos la espalda a la verdad pa’ que la mentira nos partiera el…, la siquitrilla.
Y hoy somos un pueblo de sumisos, el pueblo más sumiso del mundo, porque después de más de 60 años de esclavitud socializada aun bajamos la cabeza en presencia del amo, del mayoral y marchamos de uno en fondo hacia los cañaverales para producir riquezas y bienes materiales que, caquita, no nos tocan. Porque, para congraciarnos con el tirano, le cerramos la puerta a Dios. Porque nos perdimos el respeto. Porque aguantar se convirtió en la palabra de orden. Porque nos pusieron entre la espada y la pared. Porque nos dejaron con un solo calzoncillo y sin elástico. Porque nos creímos todas esas porquerías de que en el comunismo seremos como el che, digo, iguales, no necesitaremos dinero pa’ comprar una botellita de chispa’etren, cada cubano tendrá su “cajita de viandas” igualitica a la de mariela castro, su casita alegre y bonita como la que alquila la nieta del General de la pamela, su pelito plancha’o pa’ las fotos domingueras y para irnos a bailar y a gozar con la Sinfónica Nacional que esto es el paraíso y el que no salte es yanqui.
Porque nos sacaron hasta la última gota de sangre para venderla en el exterior y nos inundaron las venas con cerveza de pipa. Porque a Olga le confiscaron los tamalitos y nos hicimos los de la vista “gorda”. Porque nos adaptamos al abuso, a la peste y a “los tantos palos que te dio la vida” sin protestar. Porque nos apretaron tanto, pero tanto, que nos fuimos de rosca. Porque hablamos sin pensar. Porque el castrismo está en todas partes. Porque algunos las prefieren “rubias” y en Cuba eso no existe. Porque “eyaculamos” las ideas con una precocidad brutal. Porque preferimos al colectivo, al grupo y a las masas cárnicas que a los individuos.
Porque se nos fue el tren del patriotismo. Porque preferimos estar vivitos y coleando. Porque perdimos el paladar y “la paladar”. Porque comer langosta “intoxica”. Porque nos gustó más jugar a policías sin ladrones. Porque el que chivatea come y el que calla se jode. Porque éramos muchos, parió la desgracia y nos “atrabancaron” con el chisme de que en Cuba socialista, patria de díaz canel, el que más o el que menos, “tiene un plato de comida asegurado”.
Pero está comprobado, a los cubanos nos gusta, nos encanta ser esclavos porque seguimos en 26, todavía creemos que la libertad es diversionismo ideológico, que abajo los derechos humanos, que el reguetón es poesía, que los castristas no son unos ladrones y unos asesinos y que si vamos a desfilar el primero de mayo, y se nos rompen los zapaticos me aprietan, la revolución nos entregará gratuitamente otros nuevecitos, nuevecitos, pa’ seguir marchando, comiendo mierda y rompiendo zapatos.
Ricardo Santiago.
Los pueblos pueden escojer su destino si tienen esa voluntad.
Solo basta mirar la historia de este país para contemplar su resolución de ser libre.
Hoy que está amenazado por una izquierda radical con sueños trasnochados de socialismo moderno,el mundo será testigo una vez más de la resolución de los norteamericanos para defender su constitución y su amada nación.
No hay esclavos,solo hay cobardes.
Gracias Marcos, excelente…