Porque los comunistas son como una plaga apocalíptica y te salen hasta debajo de una piedra. Porque a esos sujetos ni rompiéndole la boca dejan de hablar porquerías. Porque los muy degenerados, cuando uno piensa que “se van del parque”, se multiplican como guajacones o larvas de mosquitos y regresan más virulentos que el coronavirus, que el dengue y que la escabiosis juntos. Porque es mucho el “seso-estéril” que inunda las tierras fértiles de Cuba. Porque habría que dar mucha pintura y lavar muchas paredes pa’ quitar la cantidad de retratos del sátrapa y de “sus frases célebres”. Porque los castristas solo quieren estar en la chivatería, reprimiendo a los demás, haciéndose la “pajita” en el ojo ajeno sin tener que trabajar, producir o proveer bienes y “servicios”. Porque la revolución del picadillo estandarizó la improductividad, la vagancia y el ocio a niveles que rayan en lo absurdo y porque la mayoría del pueblo cubano se acostumbró a la miseria, al hambre, a la dictadura, a pedir el último la peste y a la locura.
Y porque son muchos años de incertidumbre, de desesperación y de hastío pasando las de Caín o “cruzando” el Niágara en bicicleta. Porque los castro-comunistas cambiaron, como les dio la gana, el color de nuestra bandera, la melodía de nuestro Himno Nacional y los hicieron irreconocibles para oídos de patriotas. Porque aquello no hay quien lo tumbe ni quien lo arregle. Porque aun con un hambre de tres pares de cojones, sin zapatos que ponerse ni una almohadilla “sanitaria” calientica y cómoda, muchos van a desfilar a la Plaza a rendirle pleitesías al General de la pamela y a sus cinco consortes. Porque tanta babosería, tanta guataconería y tanta rendidera cansan y le quitan la ilusión a cualquiera.
También porque los castristas y sus ciber-clarias son como “cambolos” a los que no les entran las verdades, las razones, los argumentos, la tolerancia y se empeñan en hablar mierda y atragantarse con la revolución del picadillo. Porque así no hay quien pueda avanzar. Porque las imágenes que se exhiben de nuestro país, las reales, son desesperanzadoras, espeluznantes, dan grima, parten el alma, dan pena, dan asco y en un lugar así nadie quiere vivir. Porque el régimen dictatorial nos destrozó la Patria y la convirtió en una “caldosa” para la fiesta del comité. Porque pa’tras ni pa’ coger impulso. Porque tanta infelicidad desilusiona. Porque la inmensa mayoría de los cubanos no hacen nada por su libertad y la otra vegeta, en los marañones de la estancia, esperando a que otros se la pongan “suavecita” en las manos.
Porque al final de esta larga espera, de esta larguísima historia de más de sesenta años, muchos echamos raíces en otra parte y a aquella “aldea” no queremos regresar pa’ no “enfangarnos” los pies. Porque hay mucho descaro, muchos vividores y muchos hijos de puta lucrando con la indigencia del pueblo cubano. Porque a una enorme cantidad de “cubanos” no les importa el dolor, el sufrimiento y la angustia de su pueblo y porque, repito, tanta apatía, tanta pajarería, tanto desinterés, tanto concubinato, tanta chicharronería y tanta melcocha con el régimen castro-comunista, caballeros, no sé a ustedes, pero a mí, lo que es a mí, me entran unos tremendos deseos de mandarlo todo al carajo y dedicarme a vacilar mi capitalismo sin que me hablen, ni saber, más de Cuba y de los cubanos.
¿Para qué regresar?
¿De qué sirve ser ciudadano cubano?
¿Y si cuando estamos allí el socialismo retoma al poder y nos jode otra vez?
¿Tropezar de nuevo con otra piedra, digo, con otro fidel castro?
Porque nosotros los cubanos somos los únicos responsables de la destrucción de Cuba y de su “inmenso mar”. Porque el vivo vive del bobo y los castristas de los cobardes y de los pusilánimes. Porque nadie quiere cambiar la vaca por la chiva. Porque ya tuvimos bastante con todo lo que pasamos. Porque le ronca un pancito por persona. Porque la libertad y la democracia, las verdaderas, no se construyen en tres días y “yo estoy muy viejo ya”. Porque recordar es volver a sufrir, a recontrajoderse la existencia, condenarnos a que nos suba la presión y ponernos al borde de un ataque de nervios. Porque harían falta muchos, pero muchísimos años, para devolverle a la Patria su esplendor, su civismo, su dignidad y su “hombría”.
Pero lo más importante de todo es porque hay tanta, pero tanta desunión, tanta resignación, tanta sinvergüencería y tanta antipatía entre nosotros los seres cubanos que, desgraciadamente, si seguimos así, tendremos castrismo pa’ toda la vida.
Ricardo Santiago.
Te leo y me reconozco….es tan; pero tan terriblemente triste! A veces me entran ganas de decir: «Que se jodan!» y de entrada he roto con la mayoría de la familia a excepción de un primo porque o son carneros muertos de hambre en la isla o son esclavos de la dictadura por acá afuera y solo piensan en irse al bacilón cochambroso castrista. En fin….después veo la labor de Ailer, Antonio, Claudio, los hermanos Urquiola, Gorki, Ileana, Luisma, Ferrer, Yoani,….y un gran etcétera de gente que le ponen cara a la dictadura y desde allá adentro se rebelan y me digo que por esa gente vale la pena buscar contacto con Amnesty, la Comunidad Europea y cuanta organización pueda hacer algo por la libertad de Cuba….y me viene alguna esperanza. Pero los cubanos no fueron siempre así pues mucha gente que se fusiló o encarceló y otro tanto salió huyendo con la esperanza de desde afuera hacer algo. Así nació la Brigada 2506 que Kennedy traicionó….en fin, la historia no la vuelvo a hacer porque sé que la conoces. Muy buena reseña….lamentablemente!
Gracias Mayra.