Hay que tener cuidado por donde se camina en estos días porque el castrismo, en su totalidad, está bien rabioso después de las palabras del Presidente Donald Trump y la cancelación de un por ciento importante de los convenios entre Cuba y Estados Unidos firmados por su antecesor el Presidente Barack Obama y el dictador Raúl Castro.
Digo que hay que tener mucho cuidado porque esta banda de criminales y asesinos está repartiendo su acostumbrada mierda politiquera en histéricas bravuconadas, en cubetas ideológicas, en sacos del coco socialista y en palanganas del partido comunista sin importarles a quienes salpican porque están heridos de muerte, andan en cuatro patas y arrodillados pidiendo perdón después que les cerraran el grifo de sus adoradas “verdes criaturas”, de la cogioca unidireccional del money-money, de la fiesta de los “peluquines” viajantes y del relajo de mantener una dictadura con todas sus represiones, asquerosidades, aberraciones y abusos, a la buena de Dios y por la libre empresa, como si no respetar los derechos humanos, no liberar a los presos políticos y no convocar a elecciones democráticas no tuvieran consecuencias y les permitiera seguir con los atropellos, la injusticia y el puñetero castrismo.
Llegó Mr. Trump y mandó a parar, se les acabó la diversión, les dieron de su propia medicina y eso los tiene moñivira’os, con la bemba estirada, chapeando bajito, cariasustados y muy, pero muy, pero muy apendejados.
A los comunistas les puede pasar cualquier cosa menos que les quiten el modo de vida capitalista que tienen y les toquen sus millonarias cuentas en dólares americanos. Si usted quiere que un comunista se cambie de bando póngalo a vivir como un proletario, raciónele los alimentos, la vida, que sienta sobre su espalda las reales penurias que engendra el socialismo y además dígale que es el “dueño” de los medios de producción y que representa lo más noble de la sociedad, las conquistas de cualquier cosa, el internacionalismo y que este mes no vino el aceite a la bodega, el pollo se echó a perder en los almacenes por falta de fluido eléctrico y lo único que hay para comer es picadillo de soya por culpa del bloqueo imperialista.
Estos sinvergüenzas han tenido 60 años, óiganlo bien, 60 años para consolidar la economía de una isla que, cuando estos hijos de puta la invadieron y secuestraron el poder, tenía una de las economías más prosperas del hemisferio, pero que a base de terquedad, disparates, ineficacia administrativa, robo, corrupción, malversación y depredación la han sumido en el caos, la destrucción y la han convertido en uno de los países más pobres del mundo.
Pero ni vergüenza les da, eso sería mucho pedir. Si entramos, por sólo citar unos pocos ejemplos, en las casas de Raúl Castro, Mariela Castro, Ramiro Valdez, Silvio Rodríguez, Aleida Guevara, etc., etc., etc., estoy absolutamente convencido de que el socialismo, ese sacrificio que tanto le exigen a los cubanos, es un cuento chino que “busca en el pueblo amparo”.
Como siempre justificaciones, proclamas, declaraciones del gobierno revolucionario, lagrimitas por aquí y llanticos por allá para culpar a otros del desastre que ellos han creado, para decir que los niños después de los siete años no pueden tomar leche, la canasta básica “subvencionada” no alcanza, los salarios son burlescos y ridículos, el transporte público es un desastre nacional, los edificios se están derrumbando, el agua potable: ¿Qué es eso?, las medicinas están en falta y “échate pa’llá Tribilín sabueso…”, todo porque el Presidente de los Estados Unidos, tan abusador como es, ha decidido poner orden al relajo que tenían armado con unas relaciones comerciales que solo beneficiaba a la dictadura de los Castro y nada, pero absolutamente nada, al pueblo cubano.
Yo digo que le preguntemos a un cubano de a pie si ha visto, en estos dos últimos años, alguna consecuencia de los pactos Castro-Obama reflejada en el plato de comida de sus hijos o si alguno de los artistas del famoso intercambio cultural ha hecho una importante contribución al erario público nacional que ha servido, por ejemplo, para mejorar el alumbrado de la ciudad.
No, no y no cubanos, el castrismo lleva 60 años pataleando y cogiendo la cara pa’ sentarse, lo jodido de todo esto es que ellos, acostumbrados a robarle a la miseria, le darán la vuelta con sus teques, justificaciones, las arengas de siempre y le pedirán al pueblo más sacrificio, más austeridad y más cinturones apretados para no reconocer que la única causa de la destrucción de Cuba, en todos los sentidos, es esa maldita revolución que se inventó Fidel Castro.
Ricardo Santiago.
Si se unen dos insensatos en direcciones opuestas y tiran de una cuerda y la misma no se rompe pues asi veremos pasar los años y tira que jala y nada de nada. Los de un lado y del otro mirando los hechos y la puja ,con los ojos en el infinito y el estomago de un solo lado que cafa dia mas se estruja.
Desgraciadamente para todos nosotros (cubanos) sabemos que antes que todos estos nombres mencionados empiezen a sentirse la falta de algo en sus vidas nuestras familias y millones de familias cubanas pagarán Un precio muy alto, precio que se debe a políticos que toman decisiones sin tener la
Mas puta idea de la realidad cubana.
Seguimos siendo marionetas de los Castro y de los políticos Miamenses que aunque desienden de cubanos tampoco tienen la más puta idea de lo qué pasa en Cuba. Solo les interesa su forma de vida y su capital, idénticos a los del lado de allá.
Para nosotros es muy muy fácil opinar pues vivimos fuera de esa realidad, pero, pq no le preguntan al pueblo cubano que piensan?
En realidad a nadie le interesa ese pueblo ni a los de aquí y mucho menos a los de allá.
Si en algo coincido con los Castros es que las medidas de Trump afectara al pueblo es no tiene discucion por que la familia Castros los generales yel G=2 seguiran disfrutando de su burguesia leatoria en un mundo paralelo, el socialismo es del pueblo proletario y el capitalismo es de la burguesia en el gobierno.
El pueblo cubano tiene la libertad en sus propias manos, nadie va a hacer nada por ellos, mientras sigan llenando la Plaza Cívica y desfilando con una sonrisa de oreja a oreja el mensaje que estan enviando es que son felices allí, hay que oir la mano de barbaridades que dicen cuando se les pregunta sobre las medidas de Trump, para ellos Obama fué el benefactor, y todo lo que hizo este tipo fué para premiar a la dictadura no al pueblo porque tengo familia allá y amigos y con la «apertura de Obama» nada cambió. El pueblo cubano nada más está ocupado buscando que comer y el resto en la bobería del wifi, la recarga del celular y la gozadera, vamos a hablar claro, viven por inercia y ya estan acostumbrados a vivir una cultura de la pobreza, sin poder hablar alto y con una pandilla de viejos asquerosos y asesinos que mal dirigen un pais, para la mayoría del pueblo cubano eso es normal
Ignorancia total, los invito a que vayan a vivir un ratito a Cuba y despues con conocimiento de causa, hablen,.pq limitaciones hay peores donde a entrado feroz el capitalismo salvaje.
El que tiene control de la economía son los militares y es ahí donde esta el pueblo sin nada. Esta pacha nea seguirá mientras castro y sus secuaces estén en el poder.Los nuevos emprendedores de la alta clase son estos militares a viven de la dulce vita.
Ahora a esperar el rosario de justificaciones (deben tener un departamento para escoger las mejores y otro para crear nuevas, que no funciona bien porque hace rato no generan algo fresco, todo es reciclado del perīodo de oro 1960-1969).
El pobre pueblo cubano seguirà sumido en la desesperanza hasta que la olla de presiòn reviente….cosa que podrà suceder màs temprano que tarde cuando le cierren las vìas de inventar còmo vivir de los demàs…
No terminé de leer el artículo.Mas de lo mismo y todo se mantendrá inmóvil.Gajes del oficio para la cúpula del poder dictatorial.Estan acostumbrados y a la edad que tienen,poco tienen que perder.Desafortunadamente,para muchas generaciones de cubanos el mal ya está hecho.La prosperidad de un cambio en la dirección del poder no les dará la oportunidad de saborear las mieles dulces de la cosecha de libertades.Terminaré de leer el artículo.
Tu lo has dicho todo.
Pienso igual. Lo triste es que no se mueren