Ja, ja, ja… ¿En serio? ¿A alguien le ha sorprendido? ¿Hasta dónde puede llegar la ingenuidad de los lamebotas del régimen dictatorial de La Habana? ¿Es que son imbéciles o qué?
Pues resulta que la “estoica” concubina de uno de los cinco espías, si, esos mismos, los viles informantes a mísero sueldo de la dictadura castrista en suelo norteamericano, responsables del asesinato de cuatro jóvenes de Hermanos al Rescate, entre muchos crímenes más, ahora se baja, la muy tonta, con un histérico llantén porque a su maridito, a su inocente y revolucionario consortico, lo han excluido del Parlamento cubano, del circo de la unanimidad y del sí, sí, comandante, lo que usted diga, mi comandante…
Yo siempre he dicho que solo los aberrados, los muy aberrados, quieren pertenecer a esa pantomima parlamentaria del uno, dos y tres que paso más chévere o de levanten la manos quienes estén de acuerdo con convertir a la croqueta de subproductos en el alimento nacional de los cubanos. Pues, por votación unánime, queda elegida la…
Aun con lo banal, lo superfluo y lo ridículo de esta noticia, que ha inundado las redes sociales, me motiva dedicarle un tiempo porque no quiero dejar de burlarme de la ridiculez de los castristas.
Pero la realidad es, y debo confesar que hasta a mi me ha sorprendido, que la patada en el culo a estos bembaeperros se las han dado demasiado pronto, es más, rapidísimo, porque si bien todo el mundo sabe que la élite de la dictadura no cree ni en la madre que los parió al menos siempre se toma un tiempito antes de desusar, olvidar, ignorar o tirar a mondongo a quienes le han servido, incluso, con extremada “guataconería patriotera”.
Algo deben haber hecho estos profesionales lenguilargos de la maldad, estos “paquetes” que fueron canjeados, en su momento “histórico”, por un poquito, un poquitico de “oxigeno” para sus amos y que al final los muy imbéciles solo recibieron la misma triste medallita del no se qué que le dan a todo el mundo, unas cuantas palmaditas en los hombros y las altisonantes foticos de derechitos, sin reírse y sácame la mano de atrás al lado del sátrapa.
Visto desde la perspectiva de un castrista esto ha sido una puñalada trapera de Raúl Castro a estos tres comemierdas, que cuando tuvieron que decir no, dijeron no y se inmolaron para intentar salvar la honra de su desprestigiado comandante en jefe, quien, dicen, fue el que los caminó, como el carrito del helado, en uno de esos discursos de habla que te habla porque el Caraechichi, por decir estupideces, decía hasta lo que no debía.
Yo creo que en realidad el General de la croqueta quiere sacarse a estos mongólicos de encima. Parece que les molesta. Y no entiendo por qué, porque en definitiva esa mierda de Parlamento aguanta cualquier cosa que le metan y da igual si es un vanguardia de la Pinaroma, un trabajador ejemplar de los chicharrones de viento, un militar con ganas de tirarle un tiro a los americanos o cinco espías traicioneros que por hacer méritos de tibor, ante la peor tiranía de la historia, provocaron la muerte de muchos cubanos.
Porque en Cuba con esa dictadura nada es fortuito, la desgracia a estos tipejos les debe venir por algo que hicieron o dijeron en el pasado, o sus esposas o familiares, algo bien nebuloso sucedió que les están pasando factura y, aunque crean que merecen el puestecito, la gente no acaba de entender que con la dictadura del proletariado los únicos que merecen en Cuba son los Castros.
Bueno, bueno, bueno, que se jodan, que este parlamentario capitulo de nuestra historia les sirva a quienes entregan su dignidad y su vergüenza a dictadores sin escrúpulos, sin remordimientos y con un alto índice de traición, que todos esos sicarios que hoy se prestan para reprimir y asesinar a los cubanos vean cuál será su final cuando regresen la libertad y la democracia a nuestra Patria pues ninguno de ellos tendrá reservado un cuartico en la Quinta de la familia Castro-Espín en Italia o donde carajo la tengan para esconderse.
Ricardo Santiago.