raúl castro: Un General sin batallas, sin historias, sin honra y sin dignidad.



Hoy quiero burlarme de raúl castro y hacerlo bien, como Dios manda, con todas las de la ley, fuerte y claro para que se me entienda y a nadie le queden dudas de que ese falso militar no es merecedor de ningún tipo de respeto y consideración.
Lo advierto para que a quienes no les gusta mi tono se vayan a leer el granma, o juventud rebelde, que es donde único en Cuba la “vida es más sabrosa” y los “héroes de la patria” son altruistas, sacrificados, humildes, sinceros y hombres.
Algunos me acusarán de ser un falta de respeto porque el “protagonista” de hoy, el General de la pamela, es un anciano, una persona mayor, no se ha metido directamente conmigo, las canas se respetan, eres un abusador y me gritarán otra caterva de insultos que tendrán validez en la medida en que cada uno de nosotros tome en serio, o no, a esos farsantes personajillos de nuestra desgracia nacional.
Quiero puntualizar que para mí estos sujetos, es decir, los creadores, impulsores y defensores de esa maldita revolución, no merecen ni la más mínima valoración, es más, lo que provocan es desprecio, repulsión, vomitera y un profundo asco porque quienes desde una posición de poder o de fuerza ejercen el autoritarismo, el nepotismo, el totalitarismo, reprimen, esclavizan, maltratan, hacen y deshacen masacrando la libertad y la vida de los pueblos, pierden la admiración, la estima o, sencillamente, la atención de los hombres.
Por eso, para empezar, debo decir que raúl castro no es chino, es achina’o, que parece lo mismo pero no lo es. Esa “chinura”, según cuenta una “leyenda rural”, le viene por una consanguinidad adultera que lo emparenta con el jefe de la Guardia Rural, de apellido Mirabal, del pueblo donde ese mal nacido, torcido y bastardo hombrecillo nació.
Cuenta también la leyenda que “nuestro” híbrido chino-cubano nunca fue bien aceptado por el padre “original” de la camada, que igual sus hermanos mayores lo trataban con desprecio pues, a la desgracia del poco parecido con el “corte familiar”, raulín pirulín mostraba un carácter “flojete” que lo alejaba muchísimo de la “guapería” necesaria para convertirse en un “macho” de los potreros de Birán.
Así, entre empellones, burlas y menosprecios, el “chino” más dudoso de la comarca se hizo inseparable de su pérfido hermano fidel castro, fue tan rémora anal del “comandante en jefe” que bajó de la Sierra Maestra, de la “lucha armada”, como un comandante sin heridas, sin victorias, sin hazañas, sin guerras pero con el mote, el nombrete o el apodo más “internacional” de toda la banda de zarrapastrosos que hicieron esa porquería de revolución: La China.
En serio, en bonche o en jarana, lo cierto es que el mote más afeminado de la Patria también cumplió 60 años por estos días y nunca nadie salió a desmentirlo.
Pero lo que sí me consta es que sin méritos, sin historias y sin el prestigio necesario se convirtió en el segundón, a dedo, de esa horrible, cruel e ilegal dictadura inventada y liderada por el cambolo de Santa Ifigenia.
De la noche a la mañana, y pasando por encima de otros con mucha más actitud que él, fue “elegido” primer vicepresidente y segundo secretario del partido comunista, le fueron adjudicados todos los segundos más altos cargos que podían ostentarse en la Cuba usurpada, agredida, vilipendiada y robada por fidel castro hasta que en el 2008, por enfermedad del sátrapa número uno de la dictadura, fue nombrado “presidente” del tibor principal de la revolución del picadillo.
De lo que no me quedan dudas es que fidel castro no confiaba en nadie, ni en la madre que lo parió, le temía a todo y por eso siempre ejerció un control enfermizo, absurdo y ridículo sobre la vida de la nación al punto de que cuando no tuvo más remedio, porque la mierda le brotaba por todas partes, delegó en raulín esa estúpida centralización de poderes pues sabía que su dócil hermanito era a quien único podía manipular con toda “confianza”.
Pero el hombrecillo minúsculo, aprovechado y rencoroso le salió, como era de esperar, traidor, y desde que se sentó en el tibor hizo desaparecer a todos los “fidelistas” de altos cargos para nombrar a sus incondicionales y así garantizar que el “desvió de recursos” históricos de la revolución se mantuviera justico, justico, pero que cambiara de dirección de punto cero a punto uno… tiñosa, aquí culebra, cambio y fuera…
Continuará…
Ricardo Santiago.



2 comentarios en «raúl castro: Un General sin batallas, sin historias, sin honra y sin dignidad.»

  1. Genial tu descripción, me he reído mucho, si la china llega a leer esto te aseguro que o se muere de risa o manda un sicario a matarte !! Estupenda y refrescante biografía del Tiranosauro 2

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