¿Realmente fidel castro fue un triunfador? ¿Y raulín pirulín qué es?



Bueno, esta es la pregunta de los diez centavos más cara del mundo porque constituye un estrambótico rompecabezas, que solo podemos armar si le aplicamos un algoritmo de cachumbambé, pues tiene tantas respuestas como cerebros pensantes existan, barrigas mercenarias hayan y corazones estrujados latan.
Para empezar, y no tener que ir muy lejos ni reventarnos mucho el güiro, la testa o la caldera de ideas con análisis matemáticos, físicos o químicos, yo digo que la respuesta, a la mil veces manoseada leyenda del “invencible” fidel castro, la podemos encontrar, ahora mismo, en la Cumbre de las Américas que por estos días se está realizando en el Perú.
Constituye una vergüenza descomunal, y no solo para los cubanos, para toda la especie humana en general, la desagradable imagen que está dando este grupúsculo, de la falsa “sociedad civil cubana”, enviado por el castrismo, a este importante evento en Lima, con la intolerancia que destilan, la arrogancia que demuestran, la violencia explícita de sus discursos, con la agresividad pandillera que asumen y con el odio visceral que muestran contra todo aquello que huela a democracia y a libertad de expresión.
Mi amiga la cínica me dice que es tan bochornosa esta comparsa del cubaneo militante en Perú que nunca antes había sentido tanta vergüenza de que la metan en el saco de esa “cubanidad castrada” y me invita a quemar públicamente, en un Facebook Live, como acto de purificación espiritual, el pasaporte cubano que, al final, según ella, no es más que otro instrumento de represión y de extorsión castrista.
Hum, hum, hum, hay que darle taller a esta idea…
Pero bien, regresando al tema, me gustaría decir en voz alta, muy alta, que si fidel castro hubiera sido un triunfador, un verdadero líder, un hombre alto, alto, como un pino, es decir, de la estatura que le han querido encasquetar, hoy quienes lo veneran, imitan y quieren ser como él serian gusanejos con otra cara, más inteligentes, mejor preparados para el debate, para la sana discusión, para la tolerancia y, sobre todo, para profesar respeto por quienes tienen un pensamiento, una elección y criterios diferentes.
Porque no existe nada más cerca de la mediocridad, del oscurantismo, de la superficialidad, de las moloteras pa’ comprar el pan, del salvajismo, de la estupidez y de la indecencia que cuando se quieren imponer las ideas a base de gritos, chantajes, amenazas, actitudes totalitarias, egoísmos, prepotencia, autosuficiencias, doble moral, egocentrismos y tómate la sopa que no hay más na’.
fidel castro fue un tipo que nació derrotado. fidel castro jamás en su fatídica existencia le ganó a algo o a alguien. Según he leído, en varios testimonios de personas que lo conocieron bien, este fulano no fue más que un cobarde, un ser traicionero, calumniador y un tipo que siempre se rodeó de mentecatos peores que él porque le daba miedo actuar solo, poner el pecho y resolver los problemas como los hombres. Tan es así que este “faro y guía”, en toda la algarabía terrorista que armó en Cuba, incluyendo los más de seis cientos atentados que dicen le hicieron, no recibió ni esta heridita, ni siquiera afeitándose antes de salir pa’l “baile”.
Pero ahí está su ejemplo, su legado, ahí están sus viscerales seguidores de la patria sin potestad repartiendo por el mundo la verdadera naturaleza del castrismo, la verdadera obra de su fantasma predilecto, el verdadero carácter de un tipo que creó y desarrolló como nadie el “arte” de la falta de respeto, la desvergüenza, la chusmería y los escándalos de la esquina de Toyo.
Los cubanos con dignidad tenemos que demostrarle al mundo que esta jauría con ganas de matar son la revolución castrista y no nosotros, que “yo soy fidel” no es un simple lemita vocinglero si no que en esa asquerosa imitación está encerrada todo el odio, la envidia, la desilusión y la apatía que fidel castro sentía por la especie humana y por el pueblo de Cuba,
Muchos amigos tendrán otros criterios para demostrar la insignificante historia y la perdición de este hombre que devino en un perverso dictador y en un contagio mal formante de muchas, muchísimas, generaciones de cubanos.
Lo de raulín pirulín es otra cosa, a ese no se quiere parecer nadie, ni siquiera los peores castristas, aunque, como hemos visto, le han querido dar un “empujoncito” por detrás para convertirlo en líder.
Otra vergüenza de esa Cuba que sufre y se desangra con crápulas como el combo de la familia castro y sus perdedores imitadores en la Cumbre del Perú.
Ricardo Santiago.



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