Un día de paseo… rompió con su sombrero…, díaz canel, un títere en “New Yó”.



Bueno, a decir verdad, esto de las Naciones Unidas, de que dictadores disfrazados de “presidentes” se suban al estrado “universal” ha desflorar vergüenzas, se ha convertido en un divertimento muy burlesco por parte de quienes representan la involución de la especie humana, de la sociedad y del progreso en el mundo, sonando discursitos en nombre de los pobres, los hambrientos de la tierra y portando ellos mismos, los discursantes quiero decir, tremendas barrigotas donde meten el honor, la dignidad y el decoro que se roban diariamente de sus respectivos países.
Y todo, tristemente, frente a los representantes de muchas democracias que hasta los aplauden mostrando, independientemente de “respeto” diplomático, una complicidad melindrosa con quienes son responsables directos de la anti-democracia, la represión, el asesinato y el exterminio de quienes, justamente, defienden la democracia, la independencia y la soberanía para sus pueblos.
Dice mi amiga la cínica que atacar a los americanos, es decir, criticar y agredir el establishment norteamericano, se ha convertido en el “jueguito” más popular del mundo pues la envidia hacia la nación más desarrollada, símbolo de la libertad y ejemplo de democracia en el planeta, lleva a que imbéciles, incautos, descontrolados y miserables apoyen hasta una “plasta de mierda”, y perdonen la expresión de la cínica, por tal de horadar la imperfecta perfección de la potente maquinaria democrática de los Estados Unidos.
Y uno de esos “mancebos” dictatoriales es el impuesto “presidente” dominguín de Cuba, un personaje que representa la continuidad golpista del poder pues no fue elegido por el pueblo cubano, en votaciones libres y compitiendo limpiamente con otros contrincantes, en elecciones transparentes ante el escrutinio y el juicio de personas decentes de este mundo.
Pero lo cierto es que díaz canel, el dominguín castrista, y le digo dominguín porque funciona con “empujoncitos” para que se mueva pa’llá y pa’cá, pa’ la derecha, pa’ la izquierda, pa’rriba o pa’bajo, con un movimiento “sexy”, diciendo porquerías, mentiras, burdas tergiversaciones sobre la realidad, la vida y el respeto a la libertad de pensamiento que tienen los cubanos mientras en ese mismo minuto, en que el fulano estaba soltando su andanada de sandeces, en las calles de Cuba, en las prisiones de la dictadura y en cualquier sitio donde se reclame justicia, hombres y mujeres son reprimidos brutalmente por exigir pacíficamente que liberen a sus seres queridos, respeto a los derechos humanos, elecciones libres, la restitución de la Constitución de 1940, la derogación de todos los decretos dictatoriales y que abandonen el poder y sean juzgados por tribunales imparciales, aquellos que han cometido crímenes de lesa humanidad, o cualquier tipo de abuso, contra Cuba y los cubanos.
Antes de que me acusen de ingenuo he de decir que es cierto, que ninguno de ellos se va a entregar mansamente para ser sentenciado pues se saben responsables directos e indirectos de la muerte de cientos de miles de seres humanos, de la barbarie represiva que sufrimos los cubanos desde hace casi 60 años, de lo miserable en que han convertido la vida en nuestro país, de la destrucción que han provocado y del gran estercolero nacional en que se ha transformado la ex-bella isla de Cuba.
Pero bien, el castrismo, una vez más, y ahora con este “nuevo” sujeto, lleva a Nueva York, al corazón de las “Naciones Unidas”, naciones divididas como le gusta decir a un amigo mío que esta medio loco, su continuidad y no ruptura con las retrogradas, disparatadas, criminales, absurdas y fascistas ideas de fidel castro de condenar “enérgicamente” al capitalismo para disimular las mierdas del socialismo y que la deuda externa es impagable o, lo que es lo mimo, toma chocolate y no pagues lo que debes.
Señores “imperialistas” abran de una buena vez los ojos, el castrismo es el principal responsable de los males que sufren hoy muchos pueblos del continente, una maldad que arrastra consigo, a donde quiera que va, su diarreica estructura de intolerancia, de represión a las libertades de los hombres, de contagiosa enfermedad del alma y del cuerpo para revertir el orden natural de la democracia e imponer su ridícula dictadura del proletariado que, a la corta, deviene en estados tiránicos, criminales, narcotraficantes controlados por un grupúsculo de asesinos que convierten sus países en apestosos latones de basura gigantes.
díaz canel en Nueva Yó rompió con su “sombrero” todas las farolas del Central Park, please no dejen que se vaya sin que pague por la “oscuridad” en que ha sumergido a tan imponente ciudad…
Ricardo Santiago.



Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Translate »