Fidel Castro fue un imperialista de “izquierda” camuflado tras el invento comunista del internacionalismo proletario.
A las cosas hay que llamarlas por su nombre, sin tantos rodeos y melindres quisquillosos, porque no hacerlo es caer en el baboseo, las trampas del destino, dormirse en el Metro, pasarse con fichas y “tragarte” el doble nueve o dejarse embaucar con el cuento de que las “Operaciones Milagros” son realmente “milagreras”.
A los cubanos el famoso internacionalismo proletario de Fidel Castro, que al final la mayoría de nosotros no sabemos qué significa porque nunca vimos los beneficios a tantos sacrificios, nos salió más caro que el carajo.
Este sujeto, es decir, las cenizas más sagradas de la revolución en brasas o a las brasas, como a usted más le guste o le disguste fue, a decir verdad, un visionario del todo por uno, un futurólogo del más acá, un comunista postizo con media unidad o tres cuartos, el pensador de la repugnancia, un prestidigitador del reciclaje, un analista del futuro en ciernes, un profeta de la chusmería y un alucinado empedernido con su propia imagen que era capaz de ver ganancias sin calcular, o importarle, el desastre que causaría a otros, no me cabe la menor duda.
Fidel Castro supo, desde el principio de su indecente carrera “revolucionaria”, que para hacerse famoso y salir en la televisión tenía que exportar su revolución pa’ donde fuera, a como diera lugar y vendérsela a cuanto mentecato quisiera comprarla, de otro modo pasaría sin penas ni gloria o como un dictadorzuelo más de los que abundan por montones en esta parte del mundo.
No sé si se han fijado qué fácil se fabrica un tirano en América Latina, pero basta con que se digan en voz alta las palabras revolución, proletarios, antiamericanismo, imperialismo o explotación para que salgan tres o cuatro imbéciles dispuestos a degollarse por el puesto y cientos de miles de energúmenos desquiciados a apoyarlos como si las dictaduras de izquierda izquié fueran un juego de niños chiquitos, algo para tomarse a la ligera o la gracia del pajarito que habla hasta por los codos.
Los cubanos sí sabemos qué significa una dictadura de estas y hasta podemos ofrecer clases sobre el tema. Quien quiera saber que pregunte siempre que esté dispuesto a escuchar por horas y horas verdades sobre represión, castigos, coacción, chantajes ideológicos, tiranía, encarcelamientos por pensar diferente, desnutrición del alma y castrismo, una innecesaria palabra metida a la fuerza en el léxico y la vida de las personas decentes de este mundo.
Sería ingenuo y un craso error pensar que el altruismo financiero, material y humano de Fidel Castro ayudando a varios, muchos, países de América Latina, África y Asia eran gratuitos o tenían la sola finalidad de “ayudar” a la liberación de los pueblos oprimidos del hambre, la miseria e insalubridad a que los habían condenado las grandes potencias coloniales.
El desmesurado y enfermizo ego de Fidel Castro le trastornó la razón y quiso vestir a muchos Santos desvistiendo, encuerando, al suyo propio, poniéndolo en constante penitencia, ayuno y autoflagelación por pensamientos según él “pecaminosos”.
En realidad a este desgracia’o Cuba le quedaba chiquita. Su ambición sin límites por ser el emperador del socialismo a nivel mundial, por ser vitoreado y aclamado por las multitudes y por caminar todo el tiempo sobre alfombras rojas nos llevó a los cubanos a la más profunda de las miserias físicas y espirituales que ha padecido pueblo alguno.
¿Cuántas veces los cubanos vimos con desesperación y tristeza cómo se nos iban la librita de arroz, de café o nuestro querido médico de familia para sabe Dios dónde?
¿Alguna vez alguien los vio regresar?
El imperio castrista se infló, se infló y se infló a pasos agigantados de izquierda “izquié” sin entender que los pueblos, y nosotros mismos, los cubanos, también queremos derecha “dré” o al centro “cé”…
Ricardo Santiago.
El internacionalismo de la Revolución cubana a través de la colaboración médica cubana en el siglo XXI.
La colaboración en el área de la salud ha constituido para Cuba un principio que rige su Sistema de Salud. El 17 de octubre de 1962 en el acto inaugural de la Facultad de Ciencias Básicas y Preclínicas “Victoria de Girón”, el Comandante en Jefe anunció al pueblo de Cuba la decisión del Gobierno Revolucionario de brindar ayuda médica internacional en el campo de la Salud.
Quedaba así claramente expuesto el principio del internacionalismo en salud, de la solidaridad internacional del sistema de salud pública y su fundamento ético y profundamente humanista. No como diplomacia médica, no como vehículo de difusión de una doctrina política ni como incentivo de relaciones comerciales o venta de servicios.
Así, el 23 de mayo de 1963 se considera oficialmente como el inicio de la Colaboración Médica Internacional Cubana con brigadas permanentes, al salir de Cuba la primera brigada médica hacia Argelia integrada por 55 colaboradores para brindar sus servicios por un año.
En casi 50 años de colaboración médica, un total de 79 487 colaboradores de la salud han brindado su ayuda, distribuidos en 97 países . Han brindando sus conocimientos en zonas intrincadas y de difíciles condiciones de vida y de trabajo siendo portadores de la calidad científica y el ejemplo de los profesionales formados por la Revolución. Entre las funciones llevadas a cabo por la colaboración médica cubana se destacan la asistencia médica clínico-quirúrgica a la población en los lugares más apartados e intrincados y el desarrollo conjunto de las campañas de educación sanitaria y de vacunación masiva de la población.
La colaboración cubana en la salud ha transitado desde la asistencia médica hasta la capacitación y formación de recursos. Se incluye la incidencia en las asesorías en diferentes Ministerios de Salud y la conformación de sistemas de salud para las naciones que así lo deseen.
Principalmente ha sido Latinoamérica el continente donde se ha desarrollado más la colaboración médica teniendo en cuenta que “… la lucha por integrarse con los países de América Latina y el Caribe, liberados de dominaciones externas y de opresiones internas y llamados a construir una gran comunidad de pueblos hermanados por la tradición histórica, ha constituido desde la victoria revolucionaria del Primero de Enero el principal objetivo de la política exterior de la Revolución Cubana.”
En todos estos países, la colaboración médica se mantuvo y mantiene de forma desinteresada. Cuba representa con ello un precedente sin paralelo en la historia de las Relaciones Internacionales siendo un país con limitaciones económicas y subdesarrollado.
Diversas han sido actividades realizadas por la Salud Pública cubana en la ayuda a otras naciones:
• Ayuda médica ante catástrofes naturales.
• Ayuda médica solicitada en confrontaciones militares.
• Ayuda médica asistencial a países del tercer mundo.
• Asistencia técnica compensada.
• Formación de recursos humanos.
Esta actividad en la arena internacional ha transitado por diferentes etapas y ha estado condicionada por la situación histórico-concreta en que se ha desarrollado cada misión.
Para el inicio del siglo XXI Cuba presenta uno de los programas más completos de colaboración en el área de salud a partir de la experiencia alcanzada a partir del triunfo de la Revolución.
En los años 90 las Relaciones Internacionales se desarrollaron en un nuevo contexto a partir del cambio del orden internacional con la desaparición del campo socialista y la URSS. Esto provocó el inicio de una etapa difícil para el desarrollo de la Revolución y la ejecución de sus proyectos y programas a lo interno y en el exterior.
Por José Angel Maury de Toro
La colaboración médica cubana no estuvo ajena a la difícil situación de la Revolución a pesar de que en esta década se fortaleció la experiencia de Cuba en el internacionalismo en salud.
A pesar de la compleja situación económica del país, Cuba mantuvo incólumes las líneas de continuidad de su política hacia América Latina y el Caribe. No se afectó la ayuda a otros países ni se cancelaron los convenios establecidos y se fortaleció la solidaridad con naciones afectadas por desastres naturales.
La mayor expresión de solidaridad e internacionalismo de la colaboración médica cubana surge cuando a finales de 1998 los huracanes George y Mitch azotaron a los países centroamericanos, principalmente Honduras y Guatemala.
Entre muertos y desaparecidos se calcularon más de 30 mil víctimas y los gobiernos solicitaron ayuda a la comunidad internacional. Cuba responde de inmediato a esta solicitud y manifiesta su total disposición de enviar todo el personal médico y auxiliar por el tiempo que fuera necesario y convocó a los países desarrollados a aportar equipamiento técnico y medicamentos. La primera brigada salió hacia Republica Dominicana el 27 de septiembre y le siguieron de manera ininterrumpida en ese propio mes brigadas para las naciones más afectadas. Al cierre de diciembre de 1998 Cuba tenía 424 colaboradores de la salud en esas naciones. Posteriormente algunos de estos países solicitaron al gobierno cubano la permanencia de las brigadas médicas, apareciendo entonces el Programa Integral de Salud (PIS) como una nueva modalidad de cooperación.
El PIS incluye el envío gratuito, por el tiempo que sea necesario, de profesionales y técnicos de la salud dedicados fundamentalmente a la atención primaria. Se concentra en los servicios a toda la población de las zonas rurales sin distinción de razas, credos e ideología. Los médicos cubanos no se mezclan en los asuntos de política interna y respetan las leyes y costumbres de los países en que laboran. Como señalara el líder de la Revolución cubana Fidel Castro “… un programa integral de salud no se puede medir sólo por el número de vidas que se salven, sino por los millones de personas que sienten, en primer lugar, seguridad”.
El PIS se rige por los siguientes principios:
1. Envío gratuito por el tiempo que sea necesario de profesionales y técnicos de la salud, dedicados especialmente a la atención primaria.
2. Las brigadas prestan sus servicios en zonas rurales.
3. Los médicos prestan sus servicios a toda la población sin distinción de razas, credos e ideologías, sin mezclarse en los asuntos de política interna y respetando las leyes y costumbres de los países en que laboran.
Al evaluar los Principios Generales del Programa Integral de Salud se puede afirmar que los mismos resumen y sintetizan toda la experiencia alcanzada por Cuba en la práctica del internacionalismo a través de la colaboración médica.
Con esta experiencia, en el primer decenio del siglo XXI Cuba va a continuar desarrollando nuevas modalidades de colaboración.
En abril de 2003 surge un nuevo tipo de colaboración con el envío de una brigada médica a Venezuela para dar inicio al programa Barrio Adentro. Los colaboradores que integraban la brigada médica cubana, básicamente especialistas en Medicina General Integral, tenían experiencia en misiones anteriores, fundamentalmente del PIS. Este nuevo programa constituye un innovador modelo de atención donde el médico está en el centro de la comunidad y en la cual trabaja permanentemente y vive en las casas de los pacientes, situadas en los lugares más pobres y olvidados.
La Misión Barrio Adentro, como se denomina oficialmente por el gobierno de Venezuela, se encuentra actualmente en su cuarta fase de desarrollo donde se ha ido perfeccionando desde la atención primaria de salud hasta la atención especializada. Ha constituido además una de los pilares fundamentales para las transformaciones sociales que ejecuta el presidente venezolano Hugo Chávez en el desarrollo de la Revolución Bolivariana.
Esta experiencia en Venezuela ha puesto de manifiesto hasta donde puede llegar la colaboración médica cubana cuando por parte del gobierno del país que recibe la colaboración médica existe voluntad política de lograr transformaciones reales en el desarrollo social de su país.
El desarrollo de Barrio Adentro contribuyó a que paralelamente surgiera la Misión Milagro el 5 de julio de 2005. Este programa consiste en operar de la vista de forma gratuita a ciudadanos de menos recursos. Es el resultado del acuerdo firmado por Cuba y Venezuela, y que se extendió al resto de Latinoamérica, e incluyó a los Estados Unidos. Persigue el objetivo de operar de la vista a 6 millones de personas en un período de diez años. La firma del “Compromiso de Sandino” entre Cuba y Venezuela posibilitó extender este programa hacia otras naciones.
Sin precedentes en la historia de la salud a nivel internacional este proyecto ha posibilitado que hasta Marzo de 2009 se hayan operado 1 554 662 pacientes de 35 países. Además del personal especializado, Cuba ha colaborado en la creación de 61 centros oftalmológicos con 92 puntos quirúrgicos donados por la isla a 20 países.
La creación del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve” es otra demostración de la tradición internacionalista de la Revolución Cubana. Surge el 19 de septiembre de 2005 a raíz de los desastres ocasionados por el azote del huracán Katrina por los territorios de Louisiana, Mississippi y Alabama en Estados Unidos el 25 de agosto de ese año.
Esta brigada está conformada por especialistas en Medicina General Integral y otras especialidades médicas. También la conforman enfermeras y tecnólogos de la salud. Estos profesionales de la salud, además de su experiencia profesional, poseen conocimientos sólidos en epidemiología, enfermedades asociadas a catástrofes, idiomas y la preparación necesaria para trasladarse rápidamente por diversos medios al punto donde se necesite con urgencia. Este contingente apoya en casos de desastres naturales y en epidemias que constituyen desastres sociales como son: el VIH – SIDA y el dengue.
Sus objetivos fundamentales de trabajo apuntan a lograr un despliegue territorial extenso en las zonas de desastre, con el establecimiento de los Hospitales Integrales de Campaña, capaces de dar amplia respuesta a las exigencias asistenciales de la población damnificada en cualquier zona del país afectado.
Cada Hospital desplegado funciona como centro de la promoción y educación para la prevención de enfermedades en la población de la zona de desastre. Además se brinda servicios asistenciales de salud y rehabilitación para los damnificados. La inmediata cobertura epidemiológica por los Médicos Generales Integrales de la brigada, es otro de los principios de trabajo del contingente.
El ejemplo más reciente del trabajo de este contingente lo constituye su desempeño ante la situación de desastre que como causa de un terremoto quedó la ciudad de Puerto Príncipe, capital de Haití el 12 de enero de 2010. Sumado al total de médicos que cumplían misión en la nación haitiana, a pocas horas de la catástrofe 760 profesionales de la salud cubanos prestaban auxilio a las vidas afectadas. Fruto de la colaboración además resultaron 249 jóvenes haitianos, entre graduados o cursando los últimos años de la carrera en la escuela Latinoamericana de Medicina, que se incorporaron a las labores médicas. Inmediatamente se habilitaron hospitales para iniciar las actividades y se iniciaron las acciones higiénicas y epidemiológicas para controlar la situación.
Un reconocimiento obtuvo la Salud revolucionaria cubana por parte de Mirta Roses, directora de la Organización Panamericana de la Salud, al calificar de excelente la colaboración médica cubana en Haití. Destacó la capacidad organizativa de los médicos cubanos ante situaciones de este tipo.
El cumplimiento de las misiones por este contingente de salud, sin precedentes en la historia de la salud mundial, ha demostrado cuánto se puede hacer por el desarrollo social a nivel internacional cuando se cuenta con recursos humanos preparados con la voluntad de ayudar en los lugares más intrincados y de difíciles condiciones.
La colaboración docente en este período se ha mantenido muy activa. Se le dio continuidad a la creación de Facultades de Medicina principalmente en países donde se aplica el Programa Integral de Salud. En el año 2000 surge la facultad en Gambia con 104 estudiantes y en Guinea Ecuatorial con 149 estudiantes. En Haití se crea una facultad en el 2001 y se cierra en el 2003 por el conflicto armado que se produjo en dicho país. La mayoría del personal docente de estos centros estudiantiles es cubano.
El programa de la Escuela Latinoamericana de Medicina, fundada en 1999, se va a fortalecer con la firma del “Compromiso de Sandino” entre Cuba y Venezuela. Este acuerdo firmado en el 2005 enriqueció el proyecto internacionalista de la Revolución cubana de formar médicos para Latinoamérica.
El “Compromiso Sandino” acuerda iniciar la formación de médicos especialistas en Medicina Integral Comunitaria a través de un Nuevo Programa de Formación de Médicos Latinoamericanos.
Esta reforma en el programa de formación de médicos va a mantener entre sus objetivo la formación internacionalista de los nuevos galenos. Se proyecta como una concepción para la preparación de profesionales de la salud.
Se va a tomar como referencia en el nuevo programa el desempeño del médico cubano internacionalista como principio para la identificación del perfil del egresado. Además va a mantener entre sus líneas metodológicas la relación teoría-práctica para de formación de los nuevos profesionales.
Estas transformaciones posibilitaron acercar más la formación de los estudiantes hacia las necesidades concretas de sus países en materia de salud. También se logra un graduado más acorde a la situación para la cual fue preparado.
El nuevo acuerdo entre Cuba y Venezuela logró también aumentar la matrícula estudiantil a 23 000 a partir de la apertura de 7 nuevas sedes, 4 más en Cuba, 2 en Venezuela y 1 en Gambia.
En el primer decenio del siglo XXI se puede evidenciar la evolución, perfeccionamiento y desarrollo de los objetivos y líneas de trabajo de la colaboración médica cubana.
La formación y el perfeccionamiento de los recursos humanos en los sectores sociales y sanitarios constituyen un componente preciso para el desarrollo sostenible de la sociedad. En la colaboración médica cubana, se entiende como sostenibilidad la posibilidad que el país que recibe la colaboración, una vez que no cuente con la misma, ya tenga personal de salud capacitado, entrenado y decenas de nuevos médicos formados que ocupen los lugares de los colaboradores cubanos y el pueblo pueda continuar contando con una buena asistencia médica.
A pesar de todo lo realizado hasta hoy, aún no se ha logrado el cumplimiento de la sostenibilidad de la colaboración médica cubana durante todos los años de solidaridad en salud.
Lo logrado por Cuba con la colaboración médica permite identificar los principios fundamentales por los que se rige esta actividad de la salud. Podemos mencionar el principio de la solidaridad, el respeto a la soberanía y , la equidad en la atención. Además se destacan la actividad para fomentar las capacidades y conocimientos nacionales en materia de salud y la sostenibilidad. Todas las líneas de la colaboración coinciden con los principios esenciales de la práctica del internacionalismo desarrollado por la Revolución Cubana durante medio siglo.
El mito, ha calado profundamente, tanto que muchos países de la región «envidian» el sistema…hay que luchar contra esa hidra y si es preciso, abrirle el pecho, sacarle el corazón y echarlo a los perros para que lo devoren, a fin de garantizar, que el monstruo no se reproduzca, ardua tarea, porque nada es más perenne que lo que el imaginario, aunque sea falaz, da como cierto…
«… en América Latina, al menos, hay una cierta forma de idiotez ideológica que parece irreductible. Se le puede ganar batallas pero no la guerra, porque, como la hidra mitológica, sus tentáculos se reproducen una y otra vez, inmunizada contra las enseñanzas y desmentidos de la historia, ciega, sorda e impenetrable a todo lo que no sea su propia tiniebla.»
Mario Vargas LLosa.(prólogo de El Regreso del Idiota)
Verdad,los idiotas se reproducen en esta parte de América. Ni se imaginan a cuantos he tenido que aclararles para no mentarles la madre.
Buenisimo, me encanta tu forma siempre humorista para retratar la dinámica cubana. Eres lo más honesto y refrescante de la crítica cubana