La existencia del castro-comunismo se debe a la cobardía de nosotros los cubanos.



¿A qué nos enfrentamos realmente los cubanos? ¿Quiénes son nuestros peores enemigos? ¿Quiénes son los verdaderos opositores contra la libertad, la justicia y la democracia en Cuba? ¿Quiénes son los hijos de puta que mantienen “viva” la revolución del picadillo?
El castro-comunismo, su núcleo gestor, sus máximos responsables, sus cabezas pensantes, sus principales “bolsillos gordos y defonda’os” y los cerebros de la maquinaria represiva de esa fatídica dictadura totalitaria, no llegan, en la vida real, a cincuenta individuos con sus nombres bien conocidos y delimitados, un reducidísimo grupúsculo de sinvergüenzas cagalitrosos que, además, se están muriendo pues no han podido adoctrinar o reprimir a la “pelona”, la única que no cree ni en fidel, ni en revolución, ni en socialismo, ni en el General de la pamela y ni en la madre que los parió.
Por proporción numérica a nosotros nos sería muy fácil erradicar de un plumazo, o de un escobazo, a ese tumor cancerígeno, bien maligno, devastador y perverso, que nos ha destrozado la vida, la Patria y la esperanza a varias generaciones de seres cubanos.
Pero: ¿Por qué un acto doméstico tan sencillo como recoger y botar la mierda nos ha costado tanto trabajo?
Quienes queremos una Cuba democrática, libre de dictadores, tiranuelos, lameculos y pacotilla socialista, no nos enfrentamos realmente a una pandilla de malnacidos, represores y ladrones consuetudinarios, no, nos resistimos a una fuerza superior y muy destructora que son los cientos de miles de hombres y mujeres que sustentan, con su actitud servil, rastrera, virulenta, cochina y mezquina, una dictadura feroz enquistada en el alma de la nación cubana.
La esbirromanía castrista, en Cuba, ha devenido en un vicio, en una enfermedad y en un contagio. Muchos cubanos padecen y son portadores de tan deleznable y tan desagradable “virus”. Los “contagiados” se alimentan con consignas, lavativas cerebrales, cajitas con comida y otras estupideces para, a cambio, convertirse en los horcones, los pilares, el sustento de una dictadura que reprime a un pueblo, a un miserable pueblo, que camina sujetando sus blúmer y sus calzoncillos porque perdieron los elásticos.
Los esbirros castristas son físicos y mentales. Esta “arma secreta” de la dictadura, potente, bien engrasada, de exterminio masivo, es el verdadero obstáculo que nos impide a los seres cubanos librarnos de tan dañina plaga, sin ellos la tiranía no existiría, la hubiéramos sacado a patadas hace mucho tiempo y hubiéramos tenido la oportunidad de enjuiciar al muerto, al cambolo, al fantasma más tenebroso del socialismo, al hijo de puta que se fue de esta tierra sin pagar por ninguno de sus crímenes.
Los esbirros físicos son asesinos funcionales, esos tipos y tipas están programados y entrenados para dar golpes, aplicar la violencia corporal y mental, utilizar instrumentos para provocar dolor, torturar, desquiciar, acojonar y maltratar a todo aquel que intente subvertir el régimen de opresión y dolor implantado por fidel castro. Son peligrosos, muy perjudiciales y lo peor es que su violencia enfermiza y calculada está protegida por las leyes “revolucionarias”, por sus jefes, por el sistema tiránico-dictatorial y por el mismísimo raúl castro.
Para dar fe de mi diagnóstico pregúntenle a los millones de madres cubanas cuyos hijos han sido asesinados, torturados, desaparecidos y lastimados por los esbirros de esa dictadura de porquería.
Los esbirros espirituales constituyen un ejército enorme. Es una milicia integrada por chivatos, informantes, adulones, ciber-espías, infiltrados, oportunistas, tontos útiles, mequetrefes, arribistas y miedosos. Esos tipejos defienden los crímenes de los castro a cambio de nada, por vocación infame y por resequedad mental.
Los “espirituales” dentro de Cuba tienen la triste función, o misión, de tener ubicada y controlada a la oposición, participan en los actos de repudio pero no pasan de ser la fuerza gritona y “multitudinaria” que utiliza el régimen para “mostrarle” al mundo que el pueblo cubano apoya la revolución, al partido y a fidel.
Pero están los “espirituales” internacionalistas, la “nueva”, es decir, la vieja fuerza arrolladora de la dictadura castrista en el “exilio”. Una banda de enanos morales, de plañideras de la revolución, de aspirantes a un congreso que no les toca, una pandilla bien adoctrinada y adiestrada para cumplir un guión de hierro, sin saltarse ni una sola palabrita, y lista para actuar en los espacios públicos de la “Yuma”, en las redes sociales y donde quiera que puedan soltar “la manzana” envenenada y así atraer a cuanto imbécil hambriento de izquierdismo quiera darle una “mordidita” y caer redondito a los pies del castro-comunismo berreando, como un energúmeno desafina’o: yo soy fideeeelllll…
Ricardo Santiago.



2 comentarios en «La existencia del castro-comunismo se debe a la cobardía de nosotros los cubanos.»

  1. Por mucho que duels y muchos lo nieguen por pena pero la verdad es que el pueblo cubano siempre ha sido cobarde solo recordar que fue el ultimo país deAmerica en library su indepemdencia y sin asi tuvo que ser ayudaron por USA porque no lo hubiera logrado sin ellos y luego permitir a esa dictadura castro- comunista por 61 años y sin muriendo enema millones de cubanos sumisos y doblegados y cagados de mierda dándole viva al tirano . Que mierda de Cuba

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