“Santa” mariela del castrismo o la destrucción de Cuba por ella y por su familia.



Este triste y desagradable personaje, es decir, la metedora de pata, la “chica” revoltosa, la oportunista número uno de la revolución del picadillo, vuelve a las andadas con otra, con una más de sus asquerosas “insinuaciones” patrioteras, para decir algo así como que la espiritualidad de los seres cubanos, la devoción de nosotros por nuestras deidades, es solo un derecho que tienen los “revolucionarios”, los comunistas y la lambiscona servidumbre de la “dictadura del proletariado”.
Yo alucino con esta ninfa de los “obreros burgueses” y me pregunto, cómo aun, a estas alturas del partido único y sin competencia, cuando hay un pueblo entero agonizando por la miseria, el hambre y las necesidades más elementales de la perra vida que vivimos, le permiten que salga por la “televisión” hablando tanta mierda, haciendo el ridículo y politizando un derecho ancestral, cultural y espiritual que, con amor, con dedicación, con respeto y con devoción, con muchísima devoción, nos hemos ganado todos los cubanos.
La exclusión, la fragmentación, la división y échate pa’llá perrito sabueso, han sido la obra principal de esa maldita dictadura castro-comunista en estos más de sesentas larguísimos años, una verdad terrible que tales delincuentes se empeñan en reciclar y mantener para generar el caos emocional, la segregación entre los vivos y los bobos y la perpetuidad de un concepto fascista que se sustenta en los jalones de pelos, los empujones, el odio, la envidia y el descojonamiento compulsivo de la familia y de la sociedad.
Y es que el castrismo no para, no se detiene, no lo puede evitar, le carcome las entrañas, los vuelve locos adueñarse de la historia y de los valores físicos y/o espirituales de la nación cubana.
Uno a uno, lento pero aplastante, hemos perdido, o nos hemos dejado arrebatar, por esa camorra de criminales en su salsa, lo que por siglos hicimos nuestro como pueblo, lo que por tradición nos agenciamos como “monumentos” a nuestro idealismo y lo que por respeto a nuestros muertos, y a nuestra magnífica historia, convertimos en íconos sagrados como son nuestra bandera, nuestra cubanía, nuestros rezos y nuestros Santos Patrones del Panteón Cristiano, Yoruba o ambos “mezclados”.
Dice mi amiga la cínica que la bondad de nuestras deidades religiosas es tan grande, pero tan grande, que escuchan hasta a los hijos de puta, que ella siempre creyó que fidel castro nos prohibió Dios a los cubanos para jodernos y apartarnos de su camino, pero que en la intimidad de su “punto uno”, o cero, vaya usted a saber, el tipo lo siguió venerando pues alguna explicación tiene que existir para que esa maldita revolución castrista lleve tantísimos años sentada en el tibor del socialismo y nosotros no la hayamos tenido que tragar con mierda y todo.
Bueno, eso está un poco fuerte, pero por ahí creo que la cínica tiene algo de razón.
El caso es que la estirpe podrida del castro-comunismo, quiero decir, los herederos de lo malo y lo peor de sus progenitores, como es el caso de esta “becaria” de las letrinas de la revolución socialista, hablo de “santa” mariela castro, olvidan con mucha facilidad las atrocidades que cometieron su tío y su padre en nombre del ateísmo revolucionario que nos impusieron, durante muchísimos años, mediante la fuerza, mediante chantajes y hasta mediante asesinatos pues fueron muchos los seres cubanos que perdieron la vida, que sufrieron presidio, represión, hostigamiento, ostracismo y segregación, por defender sus creencias religiosas.
Por eso considero que uno de nosotros, cualquiera, debe pararse y poner a este descarado ser en su sitio, sigo hablando de mariela castro, que no es santa ni un carajo, es una rica diabla que ha vivido toda su vida del dolor de todo un pueblo y ahora, una vez más, distorsiona la realidad para que unos cuantos idiotas caigan en su trampa y le pongan una “ofrenda” a quien no se la tienen que poner.
mariela castro representa lo peor, lo más torcido del castro-comunismo. Una mujer sin escrúpulos que lo mismo utiliza para su beneficio a los homosexuales que a las creencias religiosas o mundanas de los cubanos.
Ella va y viene por este mundo burlándose impunemente de todos nosotros, se jacta de su crueldad porque se siente intocable, inalcanzable, “reza” a su extraña “virgen” con voz de boba, pa’ hacerse la infeliz, como si el despotismo con el que ha vivido toda su vida fuera eterno.
Pero lo que mariela castro no sabe, no imagina, por estar sentada todo el tiempo en su tibor del socialismo, es que la paciencia de los cubanos tiene un límite y la de los Santos también.
Ricardo Santiago.



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