El peor enemigo del cubano es otro cubano, nos matamos entre nosotros mismos…



Ese cuento de defender a fidel, la revolución del picadillo y al socialismo, con nuestra propia sangre, es un puro invento, de la dictadura castro-comunista, para mantener “vivo”, entre los seres cubanos, el susto de que los “gusanos” de Miami nos quieren “devorar”, que la derecha internacional insiste en acabar con los “logros” del tibor del socialismo y que los “malos” nos quieren barrer de la faz de la tierra cuando, en la vida real, Cuba no tiene enemigos que la quieran atacar, imperios que la quieran invadir, ni ejércitos que quieran inundar sus calles, salvo, únicamente, el del propio régimen castrista entrenado para reprimir, para mantenernos de uno fondo, derechitos como una vela, “marchando hacia un ideal” y gritando patria o muerte no se qué, no se oye, no se come…
Y, es cierto, esa desagradable verdad es más escalofriante que el socialismo mismo porque es una práctica habitual de esa tiranía, son una “escuela” para formar traidores que se inició, desde mucho antes del 1 de Enero de 1959, cuando fidel castro dijo que quien no estuviera con él, quien no pensara como él, quien no apestara como él, era enemigo de su “revolución” y por tanto había que desaparecerlo, encausarlo, estigmatizarlo, pisotearlo y, si fuera preciso, asesinarlo.
Porque, en la concreta, Cuba es uno de los países en el mundo que más ayuda internacional recibe, que más “votaciones” a favor, según el castrismo, obtiene en cualquier “mesa redonda”, que más movimientos de solidaridad la apoyan y, sin embargo, es uno de los países con más gastos en escopetas y cañones y con el aparato de inteligencia y contrainteligencia más sofisticado del mundo pues, entre sus miembros activos, “retirados”, personal de apoyo, simpatizantes y colaboradores gratuitos, entiéndase chivatos de jabitas, tiene más integrantes, por millones de habitantes, que cualquier otro país de este planeta y tres galaxias más pa’llá.
Porque, después de Enero de 1959, la chivatería, las delaciones, los informes, los “anónimos”, las cartas debajo de la manga, los análisis políticos, la firma del presidente del comité o la opinión del secretario del partido, han devenido en el arma principal de esa revolución del picadillo, en el más eficiente sostén de un movimiento terrorista, que se hizo pasar por “revolución de los humildes”, para camuflar una feroz dictadura totalitaria mantenida únicamente, como he dicho, por un enorme ejército de esbirros, represores, asesinos, guarapitos mea postes, ciber clarias y los chambeloneros del socialismo que viven en el capitalismo y gritan a voz en cuello que son fidel.
Por eso insisto, Cuba es un enorme cuartel de chivatones en permanente alarma de combate, una gigantesca escuela donde se forman y se gradúan diariamente individuos con la brutal incapacidad de distinguir el bien del mal, la justicia de las injusticias, la licuadora de la batidora, el papel sanitario del papel de lija, quiénes son los verdaderos enemigos del pueblo cubano y quiénes son los máximos responsables de la destrucción, la miseria, el deterioro y el hedor en nuestro país.
Dice mi amiga la cínica que el castrismo propició en Cuba el síndrome de la disfuncionalidad de la masa encefálica sub-utilitaria, algo así como, y dicho sin tanta palabrería, el poco cerebro en quienes son utilizados como testaferros ideológicos para que no sean capaces de pensar por ellos mismos, repitan solo lo que les dicen sus “entrenadores”, sean obedientes soldados de la patria socialista y si tienen que matar, torturar, o encarcelar, a quienes se oponen, disienten o se hastían de tanta revolución y tanta mierda de fidelismo, cumplan la orden sin el menor remordimiento, cargados con todo el odio de este mundo, sin entender, sin darse cuenta y sin comprender, que el castrismo, la dictadura y los jerarcas de la tiranía, los utilizan como carne de cañón para reprimir, agredir y atacar a sus propios hermanos, a sus propios vecinos y hasta a su propia familia que, en desigualdad de condiciones, luchan para que ellos también puedan ser libres.
Es triste, muy triste, pero es cierto, visto y comprobado, hoy Cuba está invadida, conquistada y colonizada por el peor ejército que ha existido en la historia mundial. Un país subyugado por el control, la represión, las prohibiciones y los “crimen y castigo” que son aplicados, desordenadamente, sin que medie la justicia, la decencia, el decoro y el honor.
La Patria de nuestros Padres fundadores, de nuestros grandes próceres, de nuestros humildes mambises, de tantos y tantos cubanos, es decir, la mía, la tuya, la nuestra, yace hoy bajo el yugo de una dictadura feroz, criminal y asesina, que utiliza a cubanos para que asesinen a otros seres cubanos, así de triste, cruel y bochornoso…
Ricardo Santiago.



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