Esa maldita revolución no es gobierno y mucho menos es cubana…



Me revienta cuando escucho a algunos “protagonistas” de las redes sociales, de los medios de comunicación o de la “cubanología” sideral isleña, referirse a esa maldita revolución, a esa inmoral dictadura, a esa criminal tiranía, como cubanas, como gobierno o como algo que tenga que ver con Cuba o con los seres cubanos.
Lo digo, lo repito y lo diré hasta el cansancio, esa mierda de revolución, de socialismo y de comunismo, no son cubanos, son castristas.
Muchos se habrán dado cuenta que cuando describo a la revolución del picadillo, o a cualquier fulano que tenga la más mínima relación con el castrismo, lo hago con minúsculas, que nunca le pongo el adjetivo de cubana, o cubano, porque si de algo carecen esa revuelta de pandilleros, esos asesinos, ladrones y corruptos, es justamente de cubanía.
Otro punto importante es que cuando hablo directamente de sus cabecillas, o de los máximos responsables del desastre provocado en nuestro país, siempre lo hago utilizando epítetos, nombretes, sobrenombres o cualquier pendejada que se me ocurra y que me sirva para burlarme abiertamente de quienes, considero yo, son los sujetos que más daño le han causado a Cuba, y a los seres cubanos, en toda nuestra historia.
Y quiero aclarar que no es una falta de respeto porque yo no siento el más mínimo respeto por quienes han irrespetado, con ensañamiento y alevosía, a una nación y a su pueblo por más de sesenta y tres larguísimos años sin importarles el dolor, el sufrimiento y la angustia, que han provocado en millones de nosotros.
Por ejemplo: Mi percepción real sobre raúl castro es que ese insulso tipejo se acostumbró a estar a la sombra del “comandante cambolo”, a servir por tanto tiempo de eterno segundón a la hiena de Birán, a que lo tiraran pa’rriba o pa’bajo como serpentina carnavalera, a oír y callar como el ratoncito Pérez que se cayó en la olla… y a obedecer los caprichos y estupideces de su déspota hermano que, con el paso del tiempo, el muy fulano, muy abusado y muy reprimido General, se transformó en una bestia peligrosa que libera, guiándose por los consejos de una mente aun más retorcida, mariela “la federada”, toda la rabia y el veneno que acumuló en su interior por más de cincuenta sombras de castro.
Al imbécil de días canel evito nombrarlo, un tipejo repugnante, mediocre y mercenario, que asumió, con total arrogancia e irresponsabilidad, un cargo para el que no fue elegido y desde el cual sirve con total obediencia acatando órdenes inescrupulosas incluyendo la de asesinar a cubanos indefensos.
Tampoco me refiero al grupúsculo afincado en el poder en Cuba como gobierno, me parece una barrabasada descomunal denominar a esa junta de militares sin honor, y a sus concubinas serviles, como una democracia, cuando a todas luces es evidente, demasiado evidente, que son un régimen represivo, una de las dictaduras más crueles, o la más cruel, que ha existido en toda la historia de la humanidad.
A los seres cubanos nos tocó jodernos con esos tipos. A veces me pregunto cómo ese grupo de analfabetos, semianalfabetos, maleantes, oportunistas, vividores y amorales, ha logrado armar una maquinaria tan perfecta para matar, pero tan perfecta, que hemos terminado autorreprimiéndonos y autocensurándonos como la forma más cruel, ilógica e inhumana, de no querer defender, tan siquiera, el sagrado derecho que tienen todos los mortales pa’ protestar en voz alta. Triste, pero muy, muy cierto.
Yo digo que a nosotros, en Enero de 1959, nos cambiaron por otra especie o se nos metió dentro un “alienígena” sarazo con tendencia al oportunismo, a la perversión y al aguante…
Porque contra el imperialismo yanqui nos fuimos en ofensas, reclamaciones y acusaciones, pero contra quienes nos explotan de verdad, nos sumieron en la miseria y en la destrucción, a esos los aplaudimos y los votamos sí en cualquier referéndum fraudulento de corre, ve y dile.
¿Cómo los cubanos no nos volvimos locos de remate con tanto escándalo, tanta gritería y tanta “protestadera”?
Pero bien, para no perderme, lo que definitivamente implantó fidel castro en Cuba fue una dictadura-militar-monárquica-dolarizada-to’-pa’-mí, no un gobierno democrático y mucho menos, pero muchísimo menos, una revolución social a favor de los humildes.
Para perpetuar su maquiavélica “sonrisa” se sirvió de la mentira y el engaño, para consolidar su despótico poder dio un golpe de estado a través de acciones terroristas tipificadas y sancionadas por las convenciones internacionales y, sin importarle la decencia en lo más mínimo, han permanecido inamovibles, por más de sesenta y tres larguísimos años, desangrando todas las vidas en un país al que tienen anémico, moribundo, agonizante y sin siquiera fuerzas pa’ que todo el pueblo unido, jamás será vencido, salga a las calles a gritar raúl castro mari… queremos libertad.
Ricardo Santiago.



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