¿Alguien puede ayudarme a entender qué es el comunismo? ¿Cómo se come “eso”?



Porque, en la concreta, en la vida que hay que vivir “luchando” todos los días un plato de comida para nuestros hijos, a todos los que he visto que dicen ser “amantes” de esa anomalía mental, los rodillas en tierra, los que no usan zapatos de cordones porque según ellos los hombres no se agachan, son tremendos oportunistas, mentirosos, doble moral, sinvergüenzas, farsantes, cochinos y maleducados.
Yo no voy a entrar en definiciones “científicas” del comunismo como ideología falsa o real, eso se lo dejo a los estudiosos y entendidos, yo, que soy medio bruto, y para nada un “intelectuarrrr”, hablo de lo que vi, de lo que viví y de mi percepción del comunismo en Cuba que, en una definición rápida y ligerita de letras, diré que es la mierda mas hedionda que se ha inventado para “comer” y atragantarse sin tener que romperse el lomo trabajando como los hombres de verdad.
fidel castro usó el comunismo como un instrumento de división para diferenciar y echar a fajar a los cubanos.
Yo recuerdo que de muchacho, cuando a alguien lo señalaban como militante del partido comunista, significaba que el tipo, o la tipa, eran intocables, dioses del barrio, “santos inocentes”, vírgenes inmaculadas por delante y por detrás y “ejemplos” dignos a seguir porque donde nace un comunista muere todo lo demás…
A nosotros, es decir, al resto, a los de “abajo”, a quienes no habíamos alcanzado tan “grandiosa” distinción, nos hacían sentir disminuidos, incompletos, extraños, empequeñecidos, carentes y rezagados en una sociedad donde se escalan posiciones y se come, más/menos caliente, en dependencia de cuán alto grites patria o muerte o por la cantidad de medallitas que te suenen del ombligo al cuello.
El castro-comunismo convirtió su partido en un modo de vida y en un medio para alcanzar el fin, yo recuerdo que uno de los aspectos que te exigían para “iniciarte el proceso a las filas” era tener combatividad, mucha combatividad, demasiada combatividad, y delatar a fulanita, ante el colectivo estudiantil, por ejemplo, “porque la muy gusana va a la Parroquia de la Calle Línea los domingos”.
La combatividad revolucionaria en Cuba no es otra cosa que chivatear de lo lindo.
La revolución de fidel castro convirtió a Cuba en un enorme campo de delaciones del que nadie puede escapar pues para donde quiera que te vires, o hagas lo que hagas, ahí está la dictadura con alguna de sus tenebrosas organizaciones de “control y calidad”: en tu casa te vigilan los comités de defensa de la revolución, en las escuelas, dependiendo del nivel de enseñanza, están la unión de pioneros de Cuba, la federación estudiantil de la enseñanza media y en la Universidad la federación estudiantil universitaria. En los centros de trabajo te “observa” la central de trabajadores de Cuba y los sindicatos, todos a favor de la tiranía y nunca para defender los derechos de los trabajadores.
Dice mi amiga la cínica que quienes de verdad inventaron las “redes sociales” fueron los órganos represivos de la dictadura en Cuba, pues crearon un “chat” de ojos y lenguas por todo el territorio nacional para vigilar a los seres cubanos desde que empezamos a gatear hasta que nos despedimos de este mundo con el susto y la costumbre de hablar bajito, “que te pueden oír muchacho…”.
Triste pero cierto, por eso cuando a mi me preguntan qué es el comunismo, “ya que tú vienes de Cuba”, no se me ocurre otra respuesta que definirlo como un retroceso espiritual, rascabuchar al vecino para ver si come algo que no esté racionado por la libreta, un lavado cerebral para no mirar nunca pa’ la derecha, excesivo control pa’ que el pueblo no suelte la lengua, exacerbación del oportunismo por encima de la vergüenza, asfixia del alma, asesinato de la inteligencia, haz lo que yo digo y no lo que yo hago, mendicidad del espíritu, el estómago vacío, quítate tú pa’ ponerme yo, “eso que me dijiste mami me gustó, me gustó…”, arribismo sin límites, puñaladas traperas, ladrones, trapos sucios, “agua pa’ Mayeya”, no me jodas que te parto la cara, desilusión, vacío y muerte.
Pero vuelvo al principio porque tengo dudas, he visto a tantos de estos tipos hacer daño a otras personas, robar a las dos manos, tener una doble y triple moral como la familia castro, fulanos que vivieron en Cuba gritando viva la revolución del picadillo, y ahora están en Miami enarbolando las banderas del anti-castrismo como si nada, como si todo fue una cosa de muchachos, una bobería, una jodedera ideológica…
Ricardo Santiago.



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