¿Para qué tanto bla, bla, bla si el pueblo lo que tiene es hambre?
Para nadie es un secreto que a Fidel Castro lo trastornaban los micrófonos, lo desencajaban, lo volvían loco, el tipo veía un “amplificador” y se despatarraba enseguida con su verborrea hilarante como si la vida se le fuera a acabar o lo sorprendiera un apagón de siete u ocho horas igualitos a la duración de … Leer más