Un comunista se balanceaba sobre la tela de una araña….





Los comunistas se “comen” entre ellos, se devoran los unos a los otros, se “matan” por delante y por detrás, se asocian en “piñitas” traicioneras para hacerle una “cama” a fulano, le ponen una zancadilla a mengano para que se equivoque y partirle la “siquitrilla”, le clavan un puñal por la espalda a cualquiera para verlo agonizar y, si uno está medio “entretenido”, te arman un expediente delictivo, contrarrevolucionario, antisocial, desafecto o por desacato para desaparecerte del mapa y quedarse con todas tus propiedades, tus ideas y hasta tus sueños.
Los comunistas practican el canibalismo político y la defenestración como arma habitual para subyugar a sus subalternos, a sus “consortes ideológicos”, a los aspirantes al carnecito “rojo-rojito” y hasta a los mequetrefes que los adulan y les rinden pleitesías como si fueran semidioses intocables surgidos de una olla de presión proletaria.
En un gobierno comunista fíjense que uno nunca llega a conocer realmente el orden jerárquico de sus dirigentes, salvo el número uno y en algunos casos el número dos, el resto son fichas movibles y desechables que en cuanto no las necesitan las tiran al latón de la vergüenza para que se pudran y el pueblo los castigue con sus burlas, choteo y alguna que otra escupida del desprecio.
En Cuba el canibalismo político es un fenómeno muy complejo porque empieza en la misma cuadra donde usted vive. Los cubanos vivimos acechados y escudriñados todo el tiempo por ese engendro malévolo, ilegal, inhumano, “guillotinesco” y putanguero que son los CDR (Comité de Defensa de la Revolución), entidad creada y diseñada por el propio Fidel Castro para hurgar en nuestras vidas, en nuestros pensamientos, en nuestras almas y con la secreta y publica misión de controlar desde lo que comemos, lo que nos ponemos, lo que tenemos, lo que compramos, con quien andamos, nos acostamos y hasta lo que “soñamos”. Vigilar es la máxima de estos “aguerridos, o achinados, ojos de la patria”. Informar a “los compañeros” de nuestras andanzas, de nuestra actitud hacia la revolución, de nuestra posición política y amor por la Tropicola o por Bijol es la tarea de choque de este apéndice de la chivatería y la castración de la libertad.
Por si no bastara estas huestes tragonas de “los secretos íntimos de los cubanos” son apoyados, también en cada cuadra donde vivimos, por la FMC (Federación de Mujeres Cubanas), instrumento supuestamente diseñado para defender a la mujer cubana de cuanta mierda existe en la sociedad pero que nunca aparece cuando ellas la necesitan, en la vida real son una organización para la propaganda chovinista de la dictadura, para sus movilizaciones políticas, sus campañas de cualquier cosa y, sobretodo, pa’ decir si fulanita es puta o es revolucionaria.
Para poner la tapa al pomo en este maquiavélico entramado de vigilancia y control que pesa día tras día, hora tras hora y minuto tras minuto sobre nosotros los cubanos, están también los informantes que colaboran con la Policía y los diferentes departamentos de la Seguridad del Estado, el Partido Comunista y cualquier mariscal de la bobería que necesite algún dato o una verificación, en fin, toda una maquinaria “gastronómica” para demoler, deshuesar, empanizar o triturar las libertades de todos los cubanos.
Este esquema de vigilancia y control se repite a todos los niveles de la vida, la gastronomía política como arma de esa dictadura esta diseminada por todos los estratos de la nación, es decir, en las escuelas, universidades, centros de trabajo, en fin, dondequiera que haya un cubano ahí estará su vigilante y el vigilante del vigilante y el otro vigilante y así sucesivamente hasta tejer una larga cadena que llega al último eslabón, un eslabón “perdido” en el inmenso lupanar de lenguas viperinas revolucionarias al que no hay que vigilar porque, bueno, porque sencillamente lleva el apellido Castro.
Millones de veces me he preguntado cómo los cubanos no nos desquiciamos con tanto rascabuchador de la vida ajena portando un carnet de patriota y de revolucionario.
Los comunistas nacieron para traicionar, son una clase de, no social, de hijos de putas que no producen y viven de devorar, engullir y tragar lo ajeno porque, con el cuento de que “todo es de todos”, “la riqueza se reparte a partes iguales” y “la dictadura del proletariado”, quién carajo, según ellos, les puede cuestionar que te quiten “la casa, el carro y hasta una buena mujer…”.
Ricardo Santiago.




2 comentarios en «Un comunista se balanceaba sobre la tela de una araña….»

  1. Manera de hablar mierda… es un mojon lo que tienen en la cabeza… pendejos… que hullen de su pais por no darle la cara a la realidad de un pueblo heroe… que ha sobrevivido a los ataques del pais mas poderoso del mundo. No creo que exista otro pais en el mundo con un nivel de heroismo como el de nuestra isla… cultivado por nuestro comandante. Viva Cuba libre

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  2. Una mierda de publicación, es solo muela, me quedé con ganas de escuchar algo nuevo, algún suceso actual que pusiera en jaque al régimen. Pensé que hablarían en detalles del caso de los oficiales del MININT que fueron enjuiciados recientemente, pero no dijeron nada nuevo, lo mismo que sabemos todos los cubanos de hace muchos años.

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