Cuba: Un presidente títere, unos titiriteros ladrones y los cubanos pasando un hambre de…



¿Se han fijado que el falso presidente del castrismo, porque no es ni de los cubanos ni de Cuba, no ha podido hacer ningún “movimiento” importante en su gaveta de…, perdón, en su gabinete de ministros? Que el muy tracatán se ha tenido que empujar a la banda de “generales y doctores” que le dejó, “sabiamente” calculado, el General con pamela y sin bastón para garantizar, más que la continuidad del socialismo de alcantarillas que se inventaron, el grosero roba que te roba que tienen muy bien instrumentado, armado y “organizado” esa pandilla de sinvergüenzas desde hace 60 años en Cuba…, qué linda es Cuba.
Por otra parte, como es menester de todo gobierno de izquierda, izquié…, que paso más chévere, que paso más chévere… ¿Se han fijado también en cómo engordaron el primer títere del socialismo castrista y la primera dama que, a la muy “glamurosa”, todos los vestidos le quedan apreta’os y parece que son prestados y que camina pidiendo auxilio porque le falta el aire de respirar?
Pero, como se decía en el tiempo de antes, “en la época del capitalismo”, gordura es sinónimo de bienestar y eso es a lo que realmente apostó este sujeto vendiendo su alma al Diablo, a la Diabla y al montón, pila, burujón puña’o de diablillos de esa revolución del picadillo que viven sin trabajar a “costilla” de todo lo que descaradamente le roban al pueblo cubano.
Porque, a mi que nadie me joda, cuándo se ha visto a un castrista, de los de “rancia cuna” o de los otros, digo yo, partiéndose la siquitrilla de sol a sol, doblando el lomo pa’rriba y pa’bajo cientos de veces, sudando como un condena’o para mal ganar un mísero salario en moneda nacional que no le alcanza pa’ ni una… y cuando sus hijos le preguntan: “Papi, qué nos compraste…”, el ser cubano cierra bien fuerte los ojos, aprieta las manos y lo único que quiere es cagarse en la madre de fidel, de raúl y ahora en la de este “dibujito animado” que responde al nombre de díaz canel.
Porque es cierto, hay que ser un personaje muy siniestro para prestarse a ser un corre, ve y dile de esa dictadura, para plegarse a los intereses de un grupúsculo de octogenarios matarifes que son quienes en verdad ejercen el poder, aceptar tan mansamente dar continuidad a un régimen criminal que lo único que ha hecho, durante 60 larguísimos años, es destrozar un país, humillar a una nación y hambrear a un pueblo que lleva todo ese tiempo pidiendo el agua por señas.
Pero, como dice mi amiga la cínica, esta desvergonzada marioneta del guiñol castrista le sirve a la dictadura como un anticonceptivo con huequitos pa’ la inmoralidad, como el “puchimbá” de la patria, como el perfecto aguanta maldiciones para perpetuar un diabólico entramado de robos, desfalcos y desvíos a paraísos fiscales de todo el dinero que entra a Cuba por concepto de remesas familiares, de la industria del turismo, de las misiones medicas y de la extorsión a un pueblo que paga sobredimensionado, al cuatrocientos por ciento, las porquerías que les venden en las “tiendas recaudadoras de divisas”.
Por eso, y no por casualidad, todos los presidentes que designa el castrismo, ya sea en Cuba o en sus posesiones de ultramar, léase Venezuela, Bolivia, Nicaragua, etc, tienen el mismo corte de estupefacientes de masas, de cuatreros, de “amansa guapos” de pueblos y de sangrones populistas que basan sus “poderes” en retóricas de la internacional socialista, en groserías contra el mundo cívico, desarrollado, democrático y en demostrar que el cerebro de algunos homos “presidenciales” puede ser amaestrado para repetir estupideces, boberías, meter descaradamente las manos en los tesoros nacionales y one, two, three cojan puerta…
¿Dónde mete díaz canel los miles de millones de moneda dura, durísima, que entran a Cuba y que no se ven por ningún lado?
Del hambre de los seres cubanos no voy a hablar esta vez porque siento un dolor tremendo por mis compatriotas, por todo lo que están pasando, porque hasta el pan nuestro de cada día se perdió entre la mierda, la ineficiencia, la mala administración, la corrupción y el descaro de una dictadura que, como bien dice el dicho, la vergüenza era verde y se la zamparon los chivatos.
Ricardo Santiago.



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