De Cuba hay que eliminar el castrismo, sus herederos y a su asquerosa servidumbre.



Los cubanos tenemos que abrir bien los ojos y andar con las entendederas “a full” porque la descendencia castrista, los herederos directos de la “mordida socialista”, es decir, los “pinos nuevos”, los retoños de sus padres, los nacidos y los que están por nacer, los portadores del ADN con demasiada N de nepotismo, la estirpe maldita o la casta usufructuaria de los desmanes cometidos contra Cuba y los seres cubanos, son mucho peor, pero muchísimo peor, que sus progenitores los que inventaron esa pantomima demoníaca que, con total descaro, llamaron revolución cubana, la revolución de los humildes, la revolución socialista y un montón de mierdas más.
El problema es que todos esos hijos de sus “putos” padres nacieron en “cunitas de oro” socialistas, literalmente hablando, y ninguno quiere saber nada, absolutamente nada, de la pobreza, la extrema miseria, los apagones, el dentista sin dientes, las extenuantes colas, la peste a grajo, los dos mil kilómetros de tripas y ni de la madre que los parió si de vivir como los cubanos de infantería se trata.
Esos “niñitos cubanos, qué piensan hacer, un mundo más lindo, que el mundo de ayer…”, son los llamados y conocidos por el pueblo como “los hijos de papá”. Son quienes ahora sostienen, por “herencia”, el saco roto de ideologías que es la revolución del picadillo, al que por un lado le entran las grandes fortunas acumuladas por sus ascendientes y por el hueco, por el zurcido, por el remiendo, le salen las desgracias, el sufrimiento, las necesidades, el hambre y la explotación al pueblo cubano.
Yo digo que esos “bien” nacidos vivieron toda su vida muy alejados, pero muy alejados, de la realidad, de la verdadera “vida” de vivir, o mal vivir, que hemos tenido que empujarnos los seres cubanos en estos más de sesenta larguísimos años.
Nunca sufrieron ni la más mínima escasez, ni los pican, pican, los mosquitos con tremendo disimulo…, ni caminar largas jornadas porque la guagua pasó y “adiós Lolita de mi vida, adiós Lolita de mi corazón”, ni tener un solo pantalón o un solo par de zapatos, ni pasaron una sed del carajo, ni bostezar y no saber si por hambre o sueño, ni tuvieron que sufrir una “revolución” que es una reverendísima estafa y, por supuesto, que fidel castro fue un perverso dictador y un mentiroso empedernido.
Y es natural, obvio, se cae de la mata. La vida de tales vástagos de “camisitas bien planchadas” en nada se asemeja a la de los hijos de los obreros cubanos, de los campesinos, del hombre de pueblo que tiene que sudar y zapatear bien duro para que sus hijos no se le mueran de hambre, de enfermedades curables y de angustias con soluciones sencillas.
La descendencia castrista siempre vivió en una Cuba diferente, muy distinta a la “nuestra”.
En realidad ellos sí viven en el “famoso” paraíso que nos vendió el estiércol de Birán, en 1959, pero al que solo le dio entrada a su familia, a sus seguidores cercanos, a sus guardianes de secreticos, secreticos…, y a quienes olían sus nalgas, con “afecto y cariño”, para acceder a sus despreciables migajas.
Por eso estos tipos, considero yo, son peores que los “alfas” de la manada. La realidad es que no tienen compromiso con nadie y siempre han operado desde las sombras. No están dispuestos a perder el status que adquirieron por ser los hijos de… y harán cuanto sea necesario para que la dictadura castrista no muera, la teta de la vaca continúe soltando alguna “lechita” y el pueblo cubano siga esclavo de “su revolución”.
Porque: ¿Dónde van a vivir, mejor que en Cuba, los herederos y la servidumbre del castrismo?
En Cuba no pagan impuestos, gozan de total impunidad, viajan el mundo entero como les da la gana, tienen cuantiosas propiedades, las “leyes” revolucionarias los protegen, numerosas figuras mundiales los reconocen, viven como Carmelina, comen “langostas”, se bañan con agua calientica y hasta se dan el lujo de mirar al resto de los cubanos, de medio la’o, y decir: “Échate pa’lla Tribilin sabueso…”.
Los cubanos tenemos que entender que esos malditos hijos de la “revolución” no van a desprenderse de sus lujos y de su “coquito con mortadela”, van a hacer cuanto sea para garantizar la continuidad del régimen porque este es su fuente de vida y porque saben, están convencidos, se los predijo su “padrino”, que no existe un lugar en este mundo donde puedan esconderse y no paguen por todo el daño que, ellos y sus padres, le causan a Cuba y a los seres cubanos, así de simple…
Ricardo Santiago.



1 comentario en «De Cuba hay que eliminar el castrismo, sus herederos y a su asquerosa servidumbre.»

  1. Cual es tu mido de los pinos nuevos, si te fuiste y vives como soñaste entonces no te preocupen x nosotros los q estamos aquí, q no somos ni ardiente ni pariente, no sigas sufriendo disfruta mucho tu abundancia y dejamos tranquilo, q la generación q somos continuidad ni tu ni los q te siguen van a cambiarnos

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