La mala memoria, la otra “muerte cerebral” que tenemos muchísimos cubanos.



Yo siempre digo que uno de los más graves problemas que tenemos muchísimos seres cubanos es la mala memoria, la muy mala memoria que nos hace olvidar “porqué” nos fuimos, para qué nos fuimos y porqué nunca regresaremos a aquel maldito “paraíso socialista”.
Y es ahí, justamente, donde el castrismo, su criminal dictadura, los castro-comunistas y toda la pléyade de monigotes “pancarteros”, que los defienden por todo el mundo, nos han sacado ventaja y casi que nos ganan la batalla.
Sí, porque hay que reconocer que es en este punto, en el de la mala memoria, donde esos delincuentes se han aprovechado para colarnos sus discursitos del progreso, la igualdad de clases, el capitalismo abusador, el corduroy da un calor del carajo, la explotación del hombre por el hombre y socialismo o muerte…, yo soy fidel.
Ahora observo con estupor cómo el mundo contemporáneo, y los Estados Unidos fundamentalmente, se están minando con las llamadas ideas de “izquierda” promovidas por personajes que tienen mucho dinero, muchísimo, y que son respaldadas por ex-presidentes, candidatos derrotados, artistas, intelectuales y profesionales que también tienen mucho dinero y que llevan un modo vida exageradamente capitalista.
Me asombran, me entristecen, me dan pánico por la violencia que forman, pero al final son dignos de lástima porque, de las “ideas” que “defienden”, ninguno de ellos sabe un comino lo que es vivir de verdad una revolución del picadillo, sentirla en la piel, en el estómago, en el cerebro y levantarse todos los días con el socialismo, desayunar marchas combativas, almorzar mítines de repudio, cenar chivatería dispensada y a las 10.00 pm calabaza, calabaza, cada uno pa’ su cama, que aquí todos somos “iguales” y nos dormimos a la misma hora.
¡Déjenlos que griten! ¡Déjenlas que enseñen las tetas! Déjenlos que quieran prohibir esto o aquello que al final van a saber lo que es el pan de piquito cuando se les cuele uno de esos gobiernos “progresistas” y les ponga la caña a tres trozos, por libreta de racionamiento y que para comprarlas tengan que dispararse colas de tres kilómetros o más.
Pero, al final, no hay que estar muy entretenido para entender que tan violentas protestas son una punta de lanza para enfrentarse al gobierno de Donald Trump. Una agenda extremadamente ridícula que tiene como objetivo subvertir el orden en la sociedad norteamericana, crear el caos, la ingobernabilidad y la desobediencia civil porque no quieren aceptar cuatro años más de anti-comunismo visceral y reconocer que el hombre fuerte, el rubio, a su manera, lo está haciendo bastante bien.
Hasta ahí todo tiene cierta lógica. Por eso no nos debe asustar ni sorprender que en esta etapa surjan íconos “contestatarios” de todo tipo, formas y colores. Si alguien se ha especializado en este tema, en el transcurso de la historia, es la internacional socialista que, a todas luces, es quien realmente está detrás de todos estos peligrosos actos vandálicos.
Ok, solo les digo: ¡Que compren revoluciones del picadillo quienes quieran empezar a limpiarse el c… con el Washington Post o el Miami Herald! La estupidez no es justificación pa’ andar con las nalgas sucias.
Pero lo más terrible, lo verdaderamente terrible para mí, es ver a cubanos del exilio, que salieron huyendo de una de esas revoluciones de papel higiénico, defendiendo tal histeria oportunista de izquierda, atacando a un presidente constitucional de un país que nos abrió las puertas y diciendo que el capitalismo es malo y que en Cuba se vive mejor.
Es aquí donde yo digo que encaja lo de la mala memoria de nosotros los cubanos. Parece que a estos querubines del Primero de Mayo se les olvidó que así mismitico empezó fidel castro en Cuba y que con esos mismos griticos, extravagancias, arañazos y jalones de pelo terminó convirtiendo a Cuba en algo mucho peor que una gigantesca letrina repletica de excrementos.
Sí, porque fidel castro lo primero que hizo fue desarmar al pueblo, nos dejó indefensos y a merced de un ejército que para nada es constitucional, nos movilizó en cantidades industriales mientras nos escupía todas las arengas habidas y por haber para inocularnos un odio feroz contra un enemigo “de clase”, contra un recuerdo, contra un fantasma que, hablando en plata, fue el único que le dio verdadero valor a nuestra Patria y nos ubicó como la quinta economía del continente americano.
Hay que ser muy “olvidadizo”, y muy recomemierda, para creer y hacer creer que las ideas de izquierda van a salvar la humanidad.
Lo repito una y miles de veces, cualquiera en el mundo puede tener un pensamiento socialista menos los cubanos que huimos, para salvarnos, de esa porquería del proletariado, de la deuda externa, del internacionalismo, de las gratuidades, de los igualitarismos, de los frijoles con gorgojos y de ese puñetero “líder” que no se cansa de hablar sandeces…
Ricardo Santiago.



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