Los hermanos Pinzones, perdón, Castro Espín.




“Los hermanos Pinzones eran unos mari… (neros), que vinieron con Colón que era un viejo…”
Pues así mismo, este par de parásitos, vividores, chupa-chupas y oportunistas de rancio linaje dictatorial se creen los nuevos “descubridores” de Cuba. Estos hermanos Pinzones, perdón, Castro Espín, se sueñan acompañantes del Gran Almirante en la “alocada” empresa por llegar a las Indias y no pasan más allá de ser siniestros polizontes de un rutero P-1 que cubre el trayecto Vedado-San Agustín. Agonía por la que pasan casi todos los cubanos cuando tienen que trasladarse de un lugar a otro y que no es más que el resultado de la ineficiencia, la incapacidad, la ineptitud y la mediocridad de quien se creyó, por más de 50 años, el gran almirante de todos los cubanos: “¡Almirante, Almirante lo único que tenemos para comer es arroz y una cotorra…”!
Yo estoy casi convencido de que Fidel Castro se creía eterno. Me juego lo que sea. Aunque por un giro del destino nuestro “Cristóbal Colón de las tinieblas” tuvo que delegar las responsabilidades de La Niña, La Pinta y La Santa María en su casi nulo e insulso hermano, dando paso a que fueran los hijos de “Rodrigo de Triana”, es decir, de Raúl Castro, quienes realmente asumieran el protagonismo en el manejo de las naos rumbo al “nuevo mundo”, perdón, al extraño y disparatado concepto de comunismo-capitalista-militar-de-estado que quieren implantar en Cubita la bella estos degenerados.
Pregunto para que me entiendan: ¿Existe algún alto oficial, mediano o cualquier miembro del MINFAR o del MININT que se atreva a enfrentarse hoy por hoy a Alejandro Castro Espín y decirle que es un militar sin historias? Es decir: un hijito de papá, un advenedizo y otro hijito de puta.
Vuelvo a preguntar: ¿Existe algún funcionario del gobierno o el partido comunista hoy por hoy que sea capaz de decirle a Mariela Castro Espín en su cara que es una farsante y una oportunista?
¡Ja, Ja. Ja que risa me da!
El nuevo poder en Cuba esta tinto en sangre. Los “príncipes enanos” de la dictadura castrista gritan hoy: ¡Tierra, tierra, tierra a la vista!, y se reparten las riquezas ajenas como otrora hicieran los “colonizadores de la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”. Exterminan al pueblo con sacrificios eternos, cinturones apretados y promesas de un futuro mejor cuando a todas luces, y a la vista pública, repletan sus cofres y los envían al “viejo mundo” igualito a lo que sus antecesores hicieron con el oro y la plata de los pueblos de América.
Estos castristas han destruido a Cuba y la han convertido en una isla de desolación, derrumbes, miseria y muerte, aun así la siguen exprimiendo y estrangulando hasta sacarle el tuétano de los huesos, y para que entiendan lo que digo y no me acusen de exagerado, dramático o “traidor a la Patria” sólo hago esta pregunta: ¿Ya los niños en Cuba después de cumplir los 7 años de edad tienen la posibilidad de tomarse un vaso de leche todos los días, aunque sea uno?
El pueblo cubano con estos sinvergüenzas, explotadores, colonizadores modernos y mensajeros del infierno está condenado eternamente a trabajo forzado, a sucumbir en las canteras y en las minas donde dejan el alma, las aspiraciones y los sueños a cambio de un salario que es, ahora mismo, el más bajo, el más ridículo y el de mayor desproporción en todo el planeta Tierra: ¡Tierra a la vista!
Los hermanos Pinzones, perdón, los hermanos Castro Espín, son los timoneles de las tres, las cuatro, las cinco o las miles de carabelas que expropian hoy las riquezas del pueblo cubano, disponen de casas renovadas a su gusto, de facilidades de vida y de comodidades que son inalcanzables para el cubano promedio.
Por cierto: ¿se han fijado en el puñetero dedito…?




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