¿A qué y a quiénes nos enfrentamos realmente los cubanos que queremos una Cuba sin castrismo? ¿Quiénes son los verdaderos enemigos del pueblo cubano? ¿Quiénes son los que más se oponen a la libertad, la justicia y la democracia en Cuba? ¿Quiénes son los que mantienen “viva” la revolución del picadillo?
La dictadura castrista, su núcleo gestor, sus máximos responsables, sus cabezas “pensantes”, sus principales “bolsillos gordos y abarrotados”, los cerebros de la maquinaria represiva y las auras tiñosas ponte en cruz de ese régimen dictatorial, no llegan a veinte individuos con sus nombres bien conocidos y delimitados, sus “historiales” criminales, delictivos y delincuenciales públicos y una larga lista de atropellos contra Cuba y contra todo los cubanos.
Por proporción numérica a los seres cubanos nos sería muy fácil erradicar de una buena patada por el c… a ese grupúsculo cancerígeno de asesinos, ladrones y oportunistas que nos ha destrozado la vida por más de sesenta larguísimos años.
Pero: ¿Por qué un ejercicio físico tan sencillo como patear “algo” nos ha costado y cuesta tanto trabajo?
Quienes queremos una Cuba democrática, limpia de dictadores, tiranuelos, lamebotas y propulsores del socialismo, no nos enfrentamos realmente a una pandilla de malnacidos, represores y ladrones consuetudinarios con el poder en sus manos, no, nos enfrentamos a una fuerza superior y muy destructora que es la ignorancia, la estupidez, la cobardía, la inercia cotidiana, el adoctrinamiento y la lucha por la supervivencia, de millones de cubanos que sustentan, con su actitud servil, rastrera, virulenta, cochina y mezquina, la dictadura más feroz que ha existido en toda la historia de la humanidad.
La cobardía política se ha convertido, o la han convertido, en la savia vital de la revolución del picadillo. Desafortunadamente muchos padecemos o somos trasmisores de ese “virus” tan deleznable y tan desagradable.
La cobardía en Cuba es física y/o espiritual.
Esa “arma secreta” de la dictadura es el verdadero mal a vencer por quienes, de una forma u otra, nos oponemos al castrismo. Sin el pánico, terror, miedo, que aun nos domina como pueblo, la tiranía no existiría, la hubiéramos levantado hace mucho tiempo del tibor del socialismo incluyendo al medio-muerto General de la pamela, al presidente de mentiritas díaz canel y a todos los esbirros del pueblo cubano que tienen, o no, sus manos manchadas con nuestra sangre.
Porque el miedo en Cuba es estructural y funcional, casi lo llevamos en nuestro ADN como nación pues hemos sido masacrados, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, por turbas patrioteras programadas y entrenadas para dar golpes, aplicar la violencia corporal y mental, utilizar instrumentos para provocar dolor, torturar, desquiciar, acojonar y maltratar a todo aquel que intente, de cualquier forma, subvertir el régimen de opresión y dolor implantado por fidel castro en nuestra isla querida.
Son entes peligrosos, muy dañinos y lo peor es que su violencia enfermiza y calculada está protegida por las leyes “revolucionarias”, sus jefes, sus dirigentes, el sistema tiránico-dictatorial y por el mismísimo raúl castro.
Para dar fe de mi diagnóstico podríamos preguntarle a las cientos de miles de madres cubanas cuyos hijos han sido asesinados, torturados, desaparecidos o lastimados por los sicarios de esa dictadura criminal.
Los esbirros espirituales del castrismo constituyen un ejército enorme. Es una “milicia” integrada por chivatos, adulones, ciberespias, infiltrados, oportunistas, tontos útiles, mequetrefes, arribistas y degenerados. Tales tipejos defienden los crímenes del castrismo a cambio de piltrafas, incluso hasta de que los manejen y después los desechen como a apestados ideológicos.
Los “espirituales” dentro de Cuba tienen la triste función, o misión, de tener ubicada y controlada a la oposición, participan en los actos de repudio pero no pasan de ser la fuerza gritona y “multitudinaria” que utiliza el régimen para decirle al mundo que el “pueblo cubano” apoya la revolución del picadillo, al partido y a fidel.
Pero están los “espirituales internacionalistas”, un grupúsculo de cobardes castristas “regados por el mundo”. Testaferros que viven en el “exilio” y usan las redes sociales para cometer todo tipo de actos a favor del socialismo, de crear estados de opinión, de mentir diciendo que en Cuba no se pasa hambre y no se reprime a nadie, de hacer labores de espionaje, de delatar, de informar a la seguridad del estado castrista quiénes son los “enemigos de la patria”, llamar revolución a un golpe de estado y, con total desfachatez, decir que es cubana cuando, en la vida real, es fidelista, es criminal, es asesina y es muy cobarde.
Ricardo Santiago.