El regordete rostro del oportunismo castrista-guevarista.




¿Cómo empezar? Quiero aclarar que mi intención con este artículo no es agredir a nadie, pero pasa que considero necesario poner unos cuantos puntos sobre mis íes referentes a cómo los herederos del invento castrista están lucrando con la “mitología revolucionaria”, las imágenes sacrosantas del infortunio y la historia tergiversada de un pueblo que nunca eligió a estos apostatas del inframundo. ¡Hay que tener un poco de vergüenza en la cara!
La hija del Che Guevara hace fortuna vendiendo el gastado, manoseado y repugnante cuento de: “mi papa me ama”. Este apellido dinástico-castrista-huevo-hervido ha creado y desarrollado toda una industria del “suvenir”, de las charlas patriótico-amorosas, de las conferencias sobre papá “valgo más vivo que muerto” y de la imagen del ser más repulsivo, atolondrado, despreciable y verdugo del pueblo cubano.
Esta muchacha nació en Cuba, casi nunca estuvo cerca del padre, vivió toda su vida en Cuba, estudió todas sus letras en Cuba pero habla como los argentinos. ¡Díganme algo! Se ha apropiado de un acento que le hace juego con el personaje que está interpretando por todo el mundo en Universidades, plazas y mercados, hablando por aquí y estirando el sombrero por allá. La “muela revolucionaria” no es gratis: “no mi’jito que es lo que tú te piensas… gratis fue en los 60s y los 70s cuando había que cazar comemierdas…, ahora hay que pagarla”.
Quienes quieran embelesarse con los cuentos del “guerrillero ausente” que suelten los fulas, la bobería en estos tiempos es cara y más si viene de la tierra de las consignas, los lemas, los himnos, las marchas y la cochambre dictatorial: “Un guerrillero subió a la montaña con las botas apretadas, de tanto sol que cogió se le quemó la…”
Muchos “entretenidos” caen hoy con la verborrea de esta Dama con diversionismo ideológico, “si, que si que si que yo la oí…”, si a mí se me hubiera ocurrido aparecerme un día en la escuela, en algún centro de trabajo o simplemente en una asamblea de rendición de cuentas del poder popular hablando como un argentino: ¿se imaginan lo que me hubiera pasado? Pero a ella no, ella es portadora del gen del hombre que lo único que quería en su vida era tirar tiros y matar, le daba lo mismo África que América Latina que “Nueva Yol” o la casa de las quimbambas, y eso, ese gencito bravo y revoltoso, la convierte en intocable y “luchadora por los derechos humanos de las nuevas generaciones de oprimidos del Tercer Mundo”. Una cosa si es cierta, esta compañera es una verdadera “luchadora”, si, pero de los dólares que produce la imagen entintada de: “mi papá me ama”.
Todo el mundo sabe que Fidel Castro quería quitarse de encima a este pordiosero político, y de una u otra forma lo logró, yo me imagino que la deuda moral adquirida con sus hijos lo obligó a hacerse el de la vista gorda ante la venta de tantas camisetas, llaveros, libros, discos y el copón bendito.
Si lo analizamos bien sólo a esta familia de “empresarios de la memoria” le conviene mantener viva la imagen del argentino que fue a parar a Cuba y asesinó a cientos de cubanos, ya casi nadie habla del fulano, incluso algunos cantautores “contestatarios” que le dedicaron alguna que otra cancioncita han tenido que meterse las guitarras en el culo pues no tienen cómo quitarse esa mancha del expediente, les persigue la melodía donde quiera que van y la historia, la verdadera, demostrando a todas luces quién fue en realidad este sujeto.
Un nuevo negocio recorre el mundo, el negocio de vender la imagen de los muertos castristas, de las golondrinas belicosas, del bacalao sin sal que sabe a rayos y de todo lo que la gente quiera pagar que tenga la imagen de “los invencibles”, yo no dudo, al paso que vamos, que en algún momento subasten el meteorito de Santa Ifigenia a ver quién da más…




5 comentarios en «El regordete rostro del oportunismo castrista-guevarista.»

  1. Entre los muchos logros de Fidel como constructor de la nueva sociedad cubana se destacan el derrocamiento del capitalismo a favor del socialismo y sus principios inherentes de igualdad y solidaridad; la derrota de la dominación neocolonialista de Estados Unidos, logrando así la soberanía, la independencia y la dignidad; la defensa de los derechos humanos en la salud, la educación, la cultura y el deporte; el respeto de la igualdad racial, la igualdad de género, la alimentación y la vivienda para todos; la defensa de la libertad de expresión, y de la prensa que es uno de los frentes en que el ejemplo de Fidel tiene mucho que seguir enseñándonos; y la creación de una atmósfera social y política civilizada y sin violencia. La base de estas proezas, inexistentes antes de 1959, es el poder político popular, resultante de la Revolución que suprimió el Estado respaldado por Estados Unidos.

    Ya en 1953, la conquista de un nuevo poder revolucionario del pueblo pasaba por el primer plano en la mente de Fidel. Su inquebrantable objetivo se mezclaba con el espíritu de autosacrificio que caracterizó toda su vida política. Entre reveses y victorias, de 1953 a 1956 y hasta 1959, su pensamiento y su acción se inspiraron en este objetivo inquebrantable, asociado indeleblemente a tácticas creativas diseñadas para pasar de la aspiración a la conquista del poder popular, por medio de la revolución armada para hacerla realidad. Este fue el centro de la pasión de Fidel.

    La sociedad actual, legada al pueblo cubano, encuentra sus orígenes en los territorios liberados durante las guerras de 1868 y 1895, la última de las cuales alcanzó nuevos niveles de organización bajo el liderazgo de José Martí y el Partido Revolucionario Cubano. Así, durante la segunda mitad del siglo XIX se sembraron las semillas de un nuevo poder que serían resucitadas y actualizadas por Fidel, según las nuevas circunstancias. El poder político local forjado en las áreas liberadas de la Sierra Maestra en el periodo 1957-1958, estaba virtualmente concebido como un Estado revolucionario dentro del Estado dominado por el poder neocolonial. El Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde fueron fundados y desarrollados por Fidel y sus camaradas, y crecieron como semillas del Partido Comunista de Cuba y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, respectivamente. Estas instituciones constituyen dos pilares para mantener y desarrollar el poder del pueblo, junto a la cultura socialista de Cuba, como su armadura.

    En el transcurso de esta épica marcha victoriosa y en las siguientes décadas, Fidel contribuyó a la construcción de una nueva forma de hacer política dentro de la Revolución Cubana. Él fue un comunicador por excelencia, componente clave de la conquista y el mejoramiento del poder político. Entre otras dimensiones de su legado, su pensamiento y su acción constituyen una nueva cultura de la comunicación entre el líder y su pueblo. Veamos cinco ejemplos acerca de cómo la cultura política de Fidel y la nueva cultura comunicacional se impulsaron mutuamente.

    Primero fue en 1953, cuando escribió La historia me absolverá, que fue difundida. Podríamos preguntarnos cómo es posible hablar del talento de la comunicación de un líder en su propia representación, en la búsqueda del poder político del pueblo, cuando se encontraba en prisión, confinado e incomunicado, lejos de las masas. Luego de la derrota del 26 de julio, el poder político no se veía siquiera en el horizonte. Sin embargo, a pesar de tan extremas restricciones, Fidel logró comunicarse secretamente con otros combatientes encarcelados, algunos presidiarios que purgaban condenas por delitos comunes, e incluso con guardias y empleados de la prisión. Antes y después de su defensa, su mundo había sido muy limitado.

    En medio de este sistema de comunicación clandestino, y con unos pocos libros que logró reunir, preparó su defensa de memoria. Escribió y editó en su celda día y noche, memorizando cada palabra hasta el momento en que fue llevado a la corte. Solo una persona totalmente consagrada a la solución de los problemas de Cuba, y a abrirle el camino al poder del pueblo con la Revolución, podía optimizar hasta ese punto las escasas herramientas de comunicación a su alcance.

    Una vez presentada su defensa de memoria, Fidel regresó a su celda y constató que el texto había desaparecido. Empezó entonces a escribirlo de memoria nuevamente. Algunas relaciones clandestinas cercanas en el interior y el exterior de la prisión le permitieron incluso ampliar su comunicación con la gente. Urdía su defensa pieza por pieza, utilizando métodos ingeniosos, como el uso del jugo de limón como tinta invisible, en pequeños pedazos de papel. Los papeles escritos con esa tinta pasaron a través de la seguridad de la prisión y, como lo había planeado, luego fueron tratados con calor para revelar la escritura y que se leyeran en La Habana.

    Un puñado de personas en esa ciudad, particularmente las moncadistas Melba Hernández y Haydee Santamaría, se encargaron de reunir los pedazos de papel como si se tratase de un rompecabezas e imprimir el texto en forma de folleto. Inicialmente, Fidel dio instrucciones a estas dos mujeres, que formaban parte de su limitado entorno, para producir 100.000 ejemplares del alegato. El 18 de junio de 1954 escribió a Melba y a Haydee: “sin propaganda no hay movimiento de masas, y sin movimiento de masas no hay revolución posible”. Indudablemente, se inspiró en esta interacción con sus dos camaradas, quienes arriesgaron de nuevo sus vidas bajo la dictadura de Batista, como lo habían hecho en el Moncada. A su vez, ellas fueron animadas por el pensamiento de Fidel y su heroica resistencia desde la prisión. Entretanto, crecían los limones en el suelo fértil de Cuba, fertilizando el movimiento revolucionario a través de la creativa pluma de Fidel.

    Una segunda ilustración es la singular habilidad de comunicación de Fidel en la defensa del poder del pueblo. El 8 enero de 1959, frente a una inmensa muchedumbre en La Habana, en contraste con las extremas limitaciones de su solitaria celda, dijo: “La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en adelante todo será fácil; quizás en adelante todo sea más difícil”. No hay duda de que el líder se inspiró en el júbilo del pueblo. Sin embargo, también hacía uso de su perspicacia frente a sus exaltados seguidores, al notar que tenía que convencerlos, como a la audiencia nacional de televisión, para que tomaran precauciones y fueran vigilantes en los meses y años venideros. Fidel y el pueblo convergieron en una entidad política e ideológica a través de su habilidad para comunicar. Resulta difícil afirmar si aquella declaración surgió espontáneamente de la atmósfera política de La Habana en aquel momento, dada su extraordinaria dote para sentir la pulsación de su pueblo, o si ya había pensado en ello. En cualquier caso, dijo lo que debía decir.

    De un modo u otro existen muchos momentos memorables en los cuales su comunicación fue ciertamente espontánea, dejando tras de sí una huella indeleble del paisaje político cubano. Esto nos lleva a nuestra tercera ilustración, que tuvo lugar el 28 septiembre de 1960, cuando Fidel habló en La Habana frente a una muchedumbre. La transcripción hace una lectura acerca de la manera como muchos cubanos aún la recuerdan hoy, ya sea por su propia participación o por la inigualable memoria colectiva de la Revolución Cubana, por medio de la familia y los amigos. Cito:

    (Se oye explotar un petardo). Fidel pregunta: ¿Una bomba? ¡Deja…! (Exclamaciones de: ‘¡Paredón!, ¡Venceremos!’). (Cantan el himno nacional y exclaman: ‘¡Viva Cuba!, ¡Viva la Revolución!’).

    Continúa la transcripción:

    (Alguien del público habla con el doctor Castro). (Se escucha una segunda explosión).

    Y sigue Fidel:

    “…No subestimar al enemigo imperialista. Sería un error subestimar al enemigo imperialista.”

    Frente a la dramática amenaza apoyada por Estados Unidos en el corazón de la Habana, surgieron espontáneamente en los barrios y posteriormente con la guía de la dirección de la Revolución, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Estas organizaciones de masa fueron vitales para la Revolución Cubana. En 1961, su formación demostró ser indispensable para la defensa de Cuba contra las incursiones apoyadas y financiadas por Estados Unidos, y los actos terroristas concebidos para subvertir el poder político revolucionario. Los CDR, fruto de la dinámica de Fidel y el pueblo, también contribuyeron sustancialmente a gobernar a nivel nacional y local, especialmente de 1959 a 1976 —cuando en el país se consolidó un proceso de institucionalización que llevó a que se aprobara la Constitución socialista—, y de muchas maneras luego.

    El Che, captando la esencia de esta insuperable comunicación entre el líder y el pueblo, escribió:

    “En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor.”

    La cuarta ilustración se basa en un discurso de Fidel el 25 noviembre de 2005 ante estudiantes y profesores, en la Universidad de La Habana, con ocasión del 60º aniversario de su ingreso allí como estudiante. Fidel se ocupó de los problemas que enfrentaba Cuba, como la necesidad de ahorrar electricidad y oponerse a la corrupción. Su discurso fue subrayado por aplausos y risas, según el tema tratado. Al leer nuevamente la transcripción, esta permite un registro casi visual de la viva interacción del líder con estudiantes y profesores. Más allá de la mitad del discurso, concluyó con lo que pareció ser una frase instintiva, basada quizás en la apariencia de los rostros preocupados de los estudiantes, y en la experiencia de lo que había ocurrido en la Unión Soviética y en el campo socialista europeo:

    “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra.”

    Una vez más, la defensa y el posterior desarrollo del poder del pueblo fueron el centro del mensaje de Fidel. Luego de esta declaración, la interacción entre la audiencia y Fidel se aceleró. El Che había sintetizado la relación de Fidel y el pueblo también de esta manera. Cito textualmente:

    “Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto.”

    Más de 11 años después de aquella charla en La Habana, la corrupción sigue siendo un problema. Sin embargo, a pesar de estos y otros escollos, la Revolución del pueblo en el poder continúa invicta. Quizás una de las razones sea la madurez y la naturaleza estable de la vasta mayoría de la juventud cubana.

    Existen innumerables ejemplos similares. Me viene uno a la mente: cuando, el 4 de febrero de 1962, más de un millón de cubanos colmaron la Plaza de la Revolución al llamado que hiciera el Gobierno Revolucionario para constituir la Segunda Asamblea General Nacional del Pueblo, durante la cual se aprobó por aclamación, la Segunda Declaración de La Habana. La semana pasada se celebró el aniversario 55 de aquella ocasión, en la que, al leer esa Declaración, Fidel Castro movilizó al pueblo tanto por el contenido del documento como por su extraordinario talento de comunicador para que se votara conscientemente a favor del texto. Este episodio me inspiró para emplear una foto de aquel momento histórico de la votación con la mano levantada, en la cubierta de mi libro acerca de la democracia en Cuba, publicado en 1999.

    El quinto ejemplo, quizás una de sus principales reflexiones, es el artículo “El hermano Obama”, escrito el 27 de marzo de 2016. A simple vista podemos preguntarnos, como en el primer ejemplo acerca de la autodefensa 1953, ¿cómo un artículo escrito por el Presidente ya retirado, y en una estado relativamente delicado de salud, puede ilustrar la dinámica entre el líder y el pueblo por medio de una comunicación activa entre los dos, para la defensa de la Revolución? A pesar de que, con pocas excepciones, desde el 2008 ya no le era posible dirigirse a grandes multitudes e intercambiar con ellas, Fidel es Fidel. Él encontró una manera de comunicarse a través del periodismo, al cual estuvo unido a lo largo de décadas. Durante la visita de Obama y después de esta, un vivo debate se desató en la prensa cubana y entre la gente, con relación al enfoque dado a algunos de los discursos del presidente de Estados Unidos, lejos de crear unanimidad. “El hermano Obama” fue escrito en el contexto de esa controversia. A pesar de su estado de salud, Fidel sabía lo que estaba sucediendo en Cuba, y así su artículo tocó la fibra más sensible de la sociedad. El texto se onduló a través de las discusiones políticas que tenían lugar en ese momento y, ciertamente, a nivel internacional.

    Así empezó Fidel “El hermano Obama”: “Los reyes de España nos trajeron a los conquistadores y dueños…”. Eso tocó las cuerdas sensibles en el interior y en el exterior de Cuba, de manera que Obama ya no podía ser juzgado ingenuamente. Existe una historia de colonialismo, neocolonialismo e imperialismo de la cual Obama no puede separarse. Sin embargo, una de las mejores y más centradas imputaciones de Fidel aún estaba por venir. Se refirió a la asombrosa afirmación de Obama: “ya es hora de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza.” Fidel se sintió obligado a responder: “se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del presidente de Estados Unidos.” Fidel, el periodista revolucionario, valientemente escribió lo que muchos cubanos y amigos de Cuba pensaban y escribían a su manera. Era como si de algún modo Fidel habitara nuestras mentes. Su oportuna intervención fue un enorme estímulo para el fortalecimiento y la defensa de la cultura socialista cubana. Esto fue captado por la vasta mayoría de los cubanos para proteger el poder político popular, la independencia y la dignidad y, con esto, todos los logros económicos, sociales y culturales de la Revolución.

    Este es tan sólo uno de los muchos ejemplos de la asombrosa habilidad de Fidel para mantener su diálogo con los cubanos a través de su pluma. Del jugo de limón, utilizado como tinta indeleble en 1953, al empleo de instrumentos apropiados de escritura en 2016, existe un hilo conductor: la preocupación de Fidel por las necesidades del pueblo en su momento, expresada —para sintetizarlo— en su pensamiento marxista-leninista y martiano para guiar la acción con el objetivo de salvaguardar el poder político y los fundamentos de la Revolución Cubana. Así, en el transcurso de la historia, Elba y Haydee llegaron a ser millones.

    A lo largo de su vida política Fidel contribuyó a esta nueva cultura comunicacional sin paralelo en la historia, dado su estilo único y perdurable, de 1953 a 2016. Este hace parte ahora del patrimonio de la Revolución Cubana, disponible para todo cubano o cubana que desee ponerlo en práctica. Pero Fidel estableció estándares muy altos, de manera que no es posible replicar su ejemplo, porque Fidel es Fidel. No obstante, su legado como comunicador es un modelo para líderes de todos los niveles, y para revolucionarios en general.

    El legado de Fidel constituye también un patrimonio de la humanidad para guiar a escritores y periodistas en sus países, entre ellos Canadá, para mantener una comunicación estrecha y dialéctica con las necesidades y preocupaciones de la sociedad acerca de la cual y para la cual escribimos.

    *Presentación realizada en el Panel “Fidel, constructor de la nueva sociedad” del Coloquio FIDEL, POLÍTICA Y CULTURA. Feria Internacional del Libro, La Habana, 10 de febrero de 2017

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  2. Ante todo saludos.
    Realmente tenemos que admitir de algo irreal.
    Tenemos que admitir que el padre de esta aprovechada, como lo son todos los comunistas, se ve como que obligada o a tener q acceder a los compromisos comprometidos ante las exigencias de los Castros y la imagen obligada de lo que fue su … » gran papá » …
    Pero, también hay que admitir, desde dentro o desde el ángulo oscuro de la vida, que esta familia, la cual se ha » desaparecido » al punto de que no se hable de ella, sabe Dios porque razones, nosotros los cubanos sabemos, que se fueron de Cuba, no por pura desicion o casualidad, NO, sabemos que lo hicieron porque sabían, está familia guevarista comunista, que serían mirados por nuestro pueblo cubano, pienso yo, con aborrecimiento y/o desprecio a pesar de que no fueron los que, en la prision de La Cabaña, fusilaba a diestra y siniestra, todos los días, a cubanos que tan solo querían ver a su patria libre y democrática.
    Estamos seguro los cubanos, yo lo estoy de hecho y desearía estar equivocado, que está familia inosente y generada por quien fue y lo será de por vida, un asesino psicopatía empedernido, estoy seguro que, no el gobierno de los Castros, sino los Castros en personas como tal, les humo de remunerar a esta familia el poder adquisitivo necesario, no solo para que pudieran vivir el resto de sus vidas, sino para de alguna forma pagar por el servicio ensangrentado del que fuera uno o el verdugo más sanguinario de la llamada y triunfante … » Revolucion Socialista y comunista de los Castros »
    Por tal motivo y no me arrepiento ni me arrepentiré jamás por el resto de mi vida, haberme declarado opositor a esta dictadura que hasta nuestros días, a mantenido a nuestro pueblo en una total esclavitud de la era moderna.
    Gloria eterna a todos los fusilados por el Castro comunismo en Cuba.

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    • Muy buena y detallada explicación del quien fuera el mal llamado guerrillero heroico, que en honor a la verdad lo que fue este sujeto fue un gran asesino y que todavía existen muchos jóvenes y también viejos que lo tienen como un gran hombre y una buena persona. Lo felicito una vez más por su comentario

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