Una preguntica: ¿Qué podemos esperar los cubanos para este 2021?



Bueno, yo quiero ser optimista, tener un pensamiento positivo, un buen “deseo bajo los olmos”, una pizquita de esperanza pero, desgraciadamente, la tiranía castro-comunista no me deja, no me permite siquiera soñar, no admite que yo tenga mis propias ideas y, la muy hija de puta, la más malvada de todas, se empeña, se esmera, en que continúe desilusionado de “todo” y me “refugie en ti”.
El año que acabamos de despedir, de cuyo número no quisiera acordarme, fue terrible, fue algo así como una exacerbación de todas las mariconadas sociales acumuladas, a modo de “experiencia”, por una dinastía de “revolucionarios” que llevan más de sesenta larguísimos años sentados en el tibor del socialismo de tempestades, por un grupúsculo de bandidos, de delincuentes y maleantes, que tienen seis décadas experimentando con la paciencia, con el aguante, con la inteligencia y con el orgullo de millones de seres cubanos y por un régimen que, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, nos marcó el alma, la vida y el futuro, como simples fantasmas descartables sin un tincito, sin un pedacito, sin un cachito, de la buena memoria, del respeto, de la dignidad y del patriotismo que se necesitan para que seamos libres, seamos independientes y seamos realmente soberanos.
Así fuimos “testigos”, unos más y otros menos, los cubanos, quiero decir, porque en esta Cuba raquítica de cuerpo y de espíritu que hoy tenemos, están los que “sueñan” despiertos y están los que viven en un limbo ideológico de pura fantasía excremental, de cómo la dictadura castrista, en su afán por mantener un poder que le es ajeno por legalidad, por decencia y por democracia, elevó a la máxima expresión sus fascistas métodos de represión, su endemoniada intolerancia, su prepotencia de apaga y vámonos, su discriminación física y mental hacia la individualidad, su odio hacia nuestra Patria y hacia el pueblo “viril”, el poco interés que tienen por el bienestar de los cubanos y la muy manoseada, desgastada, falsa y envejecida idea de que los cubanos queremos esa estúpida revolución y estamos dispuestos a morir junto a ella.
Dice mi amiga la cínica que el 2020 convirtió a los jerarcas castro-comunistas en “magnates” más ricos y a los cubanos de infantería, a los cubanos humildes, en proletarios más, pero más, pero muchísimo más pobres…
Y es cierto. Todas y cada una de las “medidas”, tanto económicas, como políticas, y hasta en el orden del “funcionamiento” de la sociedad, estuvieron encaminadas a oxigenar y “corporizar” a un régimen que, desde hace la mar de tiempo, agoniza, se debate entre la vida y la muerte, da zarpazos de fiera mortalmente herida y no teme utilizar el absurdo, la incongruencia, el irrespeto, la subvaloración y el genocidio espiritual y físico, para “salvarse” y así, sus principales cabecillas, no sean apresados y juzgados por crímenes de lesa humanidad.
Desde las tiendas funcionando solo con dólares estadounidenses, en un país donde, se supone, sea la moneda del connotado enemigo, del agente de la CIA y de la mafia de Miami, hasta los métodos de represión más deleznables vistos o vividos por la humanidad en toda su historia, el castrismo se empecinó en hundir profundamente a la nación cubana en la letrina de “conquistas” que, por más de sesenta y dos años, lleva anunciando al mundo como “logros” de un sistema político basado, supuestamente, en la igualdad, el derecho y el bienestar del pueblo.
La crisis económica, las diferencias sociales, la violencia como consecuencia del hambre y la miseria, el oportunismo, el odio, la mediocridad y la estupidez castristas, tuvieron caldo de cultivo, para “florecer”, en un país donde el único pensamiento objetivo que existe es la supervivencia, la sobrevivencia y comer hoy porque, mañana, quién sabe si estaremos vivos.
Pero eso es lo malo, lo malísimo, lo que nos tocó y seguirá tocándonos, por los siglos de los siglos, si continuamos sin “abrir los ojos”, sin querer ver más allá de nuestras “narices” y si seguimos tragándonos el cuento de fidelito, fidelón, antes eras comunista y ahora eres un…
Y es que esa maldita revolución, que aun nos quieren “meter” por los cuatro “orificios” cardinales, no existe. Nada en Cuba es “revolucionario”, todo lo humano es mortalmente ajeno y el país, que por desgracia hoy tenemos, es una inmensa letrina “de experimentación sonora” del socialismo de tempestades.
Yo espero que de entre tanta gloria, digo, de entre tanta mierda que se ha vivido, los seres cubanos reaccionemos y convirtamos este 2021, que recién comienza, en el año de la inteligencia, de la razón, del patriotismo, de los ojos abiertos y de las comidas calienticas, tres veces al día, para todos, absolutamente para todos los seres cubanos.
Ricardo Santiago.



Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Translate »