La Cuba que quiero para mis hijos… ¡Feliz 2021 para todos los seres cubanos!



Este 2020 fue un año del cara’, gracias a Dios, quienes me leen, y yo, hemos tenido la suerte de despedirlo, de “enfriarlo”, de tirarlo pa’ la tonga como solo sabemos hacer los buenos seres cubanos, los que no perdemos la esperanza de tener un país donde “descansar los huesos” sin que el vecino nos vigile, sin tener que hacer guardia en el comité, sin marchar por un ideal como unos condena’os, sin hacer colas para comprar un poquito de “aire” y así entretener las tripas, sin tener que hablar bajito porque las paredes tienen oídos y sin enemistarnos con nuestro hermano porque él, sencilla y llanamente, decidió ser libre…, “a su manera”…
No voy a mencionar las desgracias vividas porque deseo se borren de nuestras memorias con la misma fuerza con la que aspiro, algún día, sentarme en mi parque de toda la vida, caminar por mis calles de toda la vida, “quemarme” con mi Sol de toda la vida, bañarme en mi “diente de perro” de toda la vida y abrazar a mis amigos de toda la vida.
Pa’llá, pa’llá, que se vaya pa’ siempre lo malo, llévatelo viento de agua, aléjalo de mi, de todos mis amigos queridos, de todos los cubanos de Cuba y del mundo, y que el “nuevo”, el veintiuno, majá, nos traiga, para empezar, un poquito más de luz, un chorrito más de agua, un tincito más de aire puro y un pedacito grande de esa vida que nos dejamos quitar por engreídos, por soberbios, por alardosos y por crédulos.
Pero, a pesar de…, que la bonanza, la que tanto necesitamos, crezca, se ensanche, reviente y nos cubra a todos en la misma proporción en que adoremos a nuestra Patria, que recordemos siempre que ella es nuestra casa y que regresar es nuestro derecho porque no existe lugar más amado, más querido, que aquel que vieron por primera vez nuestros ojos y pegaron, como comején al piano, a nuestros más hermosos recuerdos.
Hoy Cuba duele, duele mucho, parte el alma verla tan raquítica de cuerpo y de espíritu porque un grupúsculo de delincuentes, más una buena parte de un pueblo de fantasmas desmemoriados, la tienen secuestrada, la tienen echa “talco”, la tienen “pariendo tripas” y la tienen sumergida en la miseria, en la decrepitud, en el hambre, en el llanto, en la locura y en el abandono.
Pensemos también en los millones de cubanos de infantería que hoy no tendrán “un lugar en la mesa”, en los cientos de presos políticos monumentalizando el patriotismo en las mazmorras del castrismo por enfrentar a la bestia y en nuestros queridos muertos, quienes nos cuidan y nos protegen desde más allá de la tierra y del cielo.
Cubanos, seres cubanos, amigos, hermanos, salvemos la Patria, y no para que premie nuestro heroísmo, salvemos a Cuba porque es nuestra y porque es, además, el único lugar de este mundo que tenemos para dejarle a nuestros hijos y nietos.
Un abrazo a todos, mucha suerte, salud, prosperidad y grandes sueños en este 2021.
Ricardo Santiago.



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