El castrismo agoniza, el hambre y la miseria de los cubanos son sus sepultureros.



Es un hecho. En Cuba pronto caerá el castro-comunismo. Los seres cubanos con vergüenza debemos estar preparados para que no intenten tupirnos, otra vez, con que sí…, que no…, con los campesinos pa’quí y con los obreros pa’llá…
Pasará tamaña desgracia y solo quedará, sobre nuestra memoria, un vago tufillo a estiércol del socialismo de tempestades, una insoportable peste, muy necesaria, para entender, para asumir definitivamente, qué no debemos hacer, qué mano no debemos alzar por unanimidad y, sobre todo, a quién nunca debemos “aplaudir”.
Las viejas y las nuevas ratas responsables de ese inmundo régimen, tiranía, o dictadura del proletariado desempleado y sin esperanzas, como más les guste llamarlas, huirán despavoridas, se camuflarán tras un “abajo fidel” o, sencillamente, suplicarán perdón “arratonadas” y sumisas para que el pueblo no las extermine a patadas por el c… y tengamos que soportar sus asquerosos chillidos, sus nauseabundas súplicas, sus tormentosas disculpas y la hediondez propia de quienes han hecho mucho daño y pretenden hacerse pasar por “roedores” arrepentidos.
Repito: Los días del castro-comunismo están contados. Es pura cuenta regresiva.
Una buena parte del mundo “atolondrado” se empeña en mantenerlos vivos con “sueros” artificiales y ridículas migajas del “pan viejo” de “la guerra tibia”.
Nadie, absolutamente nadie, entiende las verdaderas razones del “apoyo moral y económico” a una “dictadura-tirana” que reparte palos a diestra y siniestra entre una población desfallecida por más de sesenta larguísimos años de limitaciones, de ausencias, de obligaciones sin derechos, de llantos, de hambre endémica, de racionamientos, de prohibiciones, de regulaciones y de todo lo malo que puede sufrir una nación, y su pueblo, cuando son estrangulados por incapaces, por ladrones, por oportunistas, por asesinos y por mercachifles del plan jaba, de la dieta pa’ diabéticos y de los “colchones pa’ damnificados”.
El fin de esa virulenta infección “ideológica” está ahí, el castrismo se tambalea junto con sus “fieles difuntos” y se chorrea, como tropiquín de socialismo de tempestades, ante la desmitificación de sus mentiras y el hastío de todo un pueblo.
El inventor de las diabluras castristas, fidel castro, languidece en el olvido aplastado por el peso de un estrambótico meteorito “caído del más allá”, y convertido en carga pesada, en vergüenza nacional para quienes quieren un país limpio, próspero, alegre y bonito.
El General de la pamela, raúl castro, no puede volar con el viento porque tiene demasiado peso en su conciencia, los recuerdos y el miedo lo anclan al poder sombrío porque cree es la única forma de salvar “su frágil pellejito” ante tan inminente, innegable, irreversible y justiciero juicio final.
“Las estirpes malditas, de los castro, condenadas a cien años de…” bailarán asustados al compás de la Mateodora aunque logren huir con lo que le han robado al pueblo cubano. No habrá rincón oscuro del mundo donde tantos desgraciados puedan ocultar su desfachatez, su pérfido maniguiti y el descaro de ser parásitos oficiales de una sangrienta tiranía que es responsable de la muerte de cientos de miles de compatriotas y la asquerosa manipuladora del bellísimo “cultivo una rosa blanca”.
Las ratas dirigentes y sus ratones segundones, rastreros, oportunistas, esbirros sangrientos, ejecutores de la represión, del dolor de miles de madres cubanas, de la separación de familias enteras y de la impunidad ejercida desde el poder, caerán uno a uno aunque intenten abandonar desesperadamente el barco de la “revolución” castrista.
Los sicarios, los que reprimen al pueblo con palos y con “mordidas”, saben que serán abandonados por sus jefes. La desesperación que muestran con tanta agresividad, con tantos crímenes, con tantas injusticias y con los zapaticos me aprietan, al “capitalismo” le tenemos muchísimo miedo y tengo una bolita que me sube y que me baja, no son más que pruebas de que el final está cerca, muy cerca.
El títere díaz canel, el muy miserable, y él lo sabe, será juzgado por crímenes de lesa humanidad.
El comunismo, el socialismo, el fidelismo y todos los ismos propios del oportunismo, la malevolencia y el chovinismo cuatrero de los castro, se caen a pedazos en Cuba, son insoportables, por eso debemos estar atentos al peligro que significan tales alimañas arrinconadas y no podemos descuidarnos pues ahora es cuando más agresivas, perjudiciales y contagiosas son.
A los “empleados” del castrismo en el exilio, a sus “fieles” comisarios ideológicos, a sus comejenes de la libertad, a los ridículos defensores del socialismo, a los sacrificados “revolucionarios” con un bistec en una mano y “la historia me absolverá” en la otra y a los pregoneros de “viva la revolución, pa’ lo que sea fidel…”, una preguntica, una simple y única preguntica: ¿Qué coño gritarán cuando el pueblo cubano los juzgue por traidores…?
Ricardo Santiago.



Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Translate »