Para nadie es un secreto que la revolución castro-comunista es terrorista y terrorífica, que en estos más de sesenta y dos larguísimos años de amarga existencia ha logrado, con todos los métodos de tortura mental, física y por todas las vías del cuerpo y del alma posibles, meternos miedo, silenciarnos a millones de cubanos, ahogarnos, estrangularnos y obligarnos a mordernos la lengüita, antes que soltar la más mínima queja sobre un régimen que, a simple vista y con muchísimos ejemplos palpables, ha acabado, destruido, trastornado y desquiciado, completamente, a una nación y a su pueblo.
Una cara bien visible de esta “Luna” nuestra pues el ser cubano, en sentido general, cuando logra articular una queja sobre “el mal que me acongoja”, incluso viviendo en el exilio, primero baja la voz, después mira hacia todos lados, se pone la mano en la boca y por último se persigna para que si lo oye algún esbirro del castrismo al menos lo agarre confesado porque, si algo es cierto en esa tiranía represiva y censora, es que la gente, para “sobrevivir”, delata hasta a la madre que la parió por aquello de que “Roma” paga con “una jabita” a los traidores y primero muerto, o desprestigiado, que ser un “muerto de hambre”…
La otra cara de nuestra horrible desgracia nacional son los cabritos y los “cabrones”, es decir, quienes cambiaron o camuflaron su miedo a la dictadura por la “palabra” cómplice, las actitudes lisonjeras, las babosadas sobredimensionadas a la mal llamada “revolución cubana”, el coqueteo ideológico y la putería cerebro-intestinal, defendiendo y alabando a una dictadura-durísima que no hay por dónde, ni cómo defender esa mierda, pues es un río pestilente de miseria y de muerte inundando todos los rincones de nuestra querida y maltratada Patria.
Pero, como yo siempre digo, hay que ser muy imbécil y muy cobarde para proferir el más mínimo alago, la más pequeña alabanza o la más “inocente” defensa, hacia una pandilla criminal que ha provocado tantos muertos, tantos desaparecidos, tantos hombres y mujeres encarcelados por tener criterios propios, tantos enfermos, tantos exiliados, tantas almas en pena, tanto abandono, tanta pobreza, tanto llega y pon, tanta insalubridad, tanto deterioro, tanta hambre, tanta represión, tanto naufragio mental y real, tanta locura y tantos fantasmas arrepentidos, en un país al que han convertido en uno de los más atrasados del mundo y en el que nadie quiere vivir y mucho, pero muchísimo menos, exhalar el último suspiro.
La realidad es que la censura y la autocensura en Cuba se han vuelto endémicas, dice mi amiga la cínica que el castrismo ha logrado, y eso sí hay que reconocerlo, convertir la autorrepresión en un gen maldito, en un cromosoma “prostituyente”, que ya forma parte de nuestra “raza” y que se traspasa de generación en generación pues resulta demasiado evidente la indiferencia con que la mayoría de los seres cubanos toman el tema de su propia libertad secuestrada por la tiranía más sangrienta y oprobiosa que ojos humanos han visto.
Porque esta es una realidad en la que muy pocos se detienen. La mayoría de nosotros habla constantemente sobre la libertad de Cuba, llamamos la atención sobre este fenómeno y exigimos o luchamos “por una Cuba libre” pero, y pregunto, cómo liberar a Cuba si no somos capaces de, primero, liberarnos como individuos de esa maldita mentalidad, de arrancarnos de nuestra conciencia todo vestigio “fidelista”, de romper con esos “viejos pánicos” que arrastramos por más de sesenta y dos larguísimos años, de entender que el castro-comunismo es una actitud que basa su existencia en una doctrina coercitiva y que solo triunfa cuando somos capaces de ponernos un punto en boca, y mirar hacia otra parte, cuando “el mundo se nos viene encima” y otros hacen hasta lo imposible, incluso arriesgando la vida, para que no nos aplaste.
Por eso digo que los cubanos convertimos el silencio y la indiferencia en complicidad, una complicidad que es nuestra peor enemiga, es la causante de esa “eternidad” dictatorial que padecemos y la mayor aliada de ese régimen tiránico, despótico, tambuchero y miserable, que hace con nosotros lo que le viene en ganas y que, cada vez que le sale de sus podridas entrañas, nos envía pollo cuando lo que nos toca es pescado.
Mientras los cubanos tengamos ese gen, ese cromosoma estercolero, danzando “El cisne esbirro” en nuestra anatomía de pueblo subyugado y oprimido, la dictadura castrista continuará dándonos palos a siniestra, y sentada eternamente en el tibor del socialismo, pues con nuestro silencio y complicidad sostiene su esquelética, represiva y fantasmagórica estructura.
Ricardo Santiago.
A este comentario tuyo, yo añado lo que está pasando con el ya famoso y mundial «Movimiento San Isidro». Los últimos eventos de los opositores «cubanos» han sido las «Huelgas de Hambre». Les he reprochado lo de esas «huelgas». Les he escrito por twitter «oponiéndome» a que se «debiliten» y no se enfrenten por unos «días» al régimen comunista cubano, dejando enfriar las calles, las protestas y las manifestaciones que puedan hacer. Me importa un «carijo» lo que puedan hacer con sus vidas. No me importa. El hecho radica en que cuando empezamos a «aullar», a vociferar que alguien está en Huelga de Hambre en Cuba a la «opinión pública internacional» y entonces en unas semanas «suspenden» sus «huelgas» por diferentes razones, la «comunidad internacional» se achanta y perdemos credibilidad. Lo acontecido a «Luis Manuel Otero Alcántara» (LMOA) es hasta cierto punto penoso y da mucho qué pensar, da mucho a «dudas». Por ejemplo: ¿Dónde están los vídeos de los opositores «verificando» el secuestro o arresto de LMOA y traslado al hospital? ¿Estaba solo LMOA a las 5 A.M. cuando lo «secuestraron»? ¿Quién o quiénes estaban con LMOA ese día del «secuestro»? ¿Se «resistió» LMOA al secuestro y los otros que pudieran haber estado con él a las 5 A.M. cuando lo sacaron «secuestrado». He puesto estas preguntas varias veces en mi página de Fb y le he mandado «tweets» al Movimiento San Isidro. Nadie ha contestado. Le he mandado tweets a José Daniel Ferrer García, a Yoanis Sánchez, a Iliana Hernández, al grupo «CubaDecide», a Rosa María Payá, y otros. Un silencio «sepulcral». Por supuesto, ninguno de los que se dicen «Prensa Independiente» en Cuba comunista o en otras partes del Mundo, ni los tan «Anti-Castristas» periodistas de los websites como «CubitaNow», «Cubanet», «Diario de Cuba», «CiberCuba» han salido a preguntar, a investigar, a rebuscar en los «archivos mentales» del Movimiento San Isidro la «verdadera verdad» de lo que pasó en el «secuestro» de LMOA a las 5 A.M. ¡Coño! Una de mis grandes dudas en estos momentos: Si Cuba comunista ha podido «infiltrar» (y lo sigue haciendo) a «espías» y agentes del comunismo cubano en los EEUU, es mucho más fácil «penetrar» ese grupo de jóvenes «cubanos» con individuos de la Seguridad del Estado Cubano. LMOA pidió «Diálogo Nacional». ¿Díalogo con quién? ¿Con el pueblo cubano que se mata en las colas para comprar un cuarto de pollo a precios desorbitantes en estos momentos? LMOA fue uno de los primeros que le levantó las «cejas» a muchos del lado de acá. ¡Hasta el famoso «influencer» Otaola lo criticó en su programa! Pero Otaola NO ha tenido pantalones ni faldas para preguntarle a los del Movimiento San Isidro la realidad del secuestro y ni si hay vídeos de los opositores el día del secuestro de LMOA que verifiquen ese secuestro. Si me equivoco, lo reconoceré. Algo similar pasa con el «comunistoide» jovencito de ELIECER ÁVILA que solo hace unos años atrás era un «come candela» estudiante comunista de la UCI y ahora creador del grupo «Somos +» y que por lo que veo Otaola lo tiene como a un «Dios» de los «Anti-Castristas». ¡COÑO! ¿Y los que no fuimos ni «pioneros», ni «ejemplares», ni «militantes» de la UJC, y mucho menos del PCC? El Hombre Nuevo de los últimos tiempos de la podrida y pestilente revolución cubana del 1959 nos ha tirado a la basura. ¿Qué se ha hecho el Exilio Histórico Cubano? ¡Ya somos viejos cagalitrosos! Muchos ya han ido para el cielo con los Ángeles (no el de pelota de California). ¿Qué futuro le espera a la Nación Cubana? ¿Qué tiempo le queda al Comunismo Cubano para desaparecer de la faz de la Tierra? ¡Ni brujos, ni santeros, ni babalaos, ni espiritistas, ni los tarotistas, ni adivinadores, nadie ha acertado cuándo se cae para siempre ese maldito comunismo cubano! Saludos.
Gracias Tony, mi respeto, como siempre, un abrazo grande amigo.