¿Por qué hay tanta división, tanto odio, tanto “repelús” y tanta rencilla entre los cubanos?



Dice mi amiga la cínica que es porque la mayoría de nosotros, la inmensa mayoría, tanto los “buenos como los malos”, no hemos podido desprendernos del castrista que nos inocularon con tanto adoctrinamiento, tantos “trabajos voluntarios”, tantos mítines de repudio y tanto creer que la belicosidad, la bravuconería y la intolerancia revolucionarias nos iban a convertir en el mejor pueblo del mundo.
Pero, bien, los seres cubanos de niños podemos ser una cosa, en la adolescencia y juventud otra y después, cuando los años empiezan a “asustarnos”, ser cualquier otra “cosa”. Todo depende de las fobias que acumulemos en el transcurso de la vida que nos van conformando el carácter, la personalidad y las ganas de vivir o de morir.
Yo digo que hoy por hoy, desgraciadamente, “la raza cubana” está integrada, en cuanto “al amor madre a la Patria” se refiere, por quienes defienden a la revolución del picadillo por oportunismo, por negligencia o por placer, por quienes combatimos a esa criminal dictadura castro-comunista, cada uno con sus “armas” y por quienes, según ellos”, no se meten en “política” porque tienen que ser obedientes para que el castrismo te permita ir a ver a tu “mamá”.
Es así y no una simplista división de actitud o de compromiso social. Es un enfrentamiento visceral que desangra nuestra nacionalidad y que gira, por intereses de un grupúsculo de malditos criminales, en medio del cual hay cientos de miles de muertos, en torno a si la Patria es de todos o solo de los “revolucionarios”.
Por eso es que nos cuesta tanto trabajo coexistir, dialogar y comunicarnos, y porque, además, a nosotros nunca nos enseñaron, en las escuelas gratuitas del socialismo, como regla indispensable y elemental, respetar la opinión, las creencias, las preferencias o las decisiones ajenas.
Como forma de manipulación, de chantaje emocional y como política de terror, la revolución del picadillo, o de las tripas, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, nos fue dividiendo a los cubanos, nos fue segregando, nos fue separando entre revolucionarios y “gusanos”, entre afectos y desafectos, entre hombres y mariquitas, entre milicianos y bandidos y entre, y es lo peor, lo terriblemente espeluznante, entre cubanos y malos cubanos.
Esa es la esencia, el carácter y el verdadero rostro de esa perversa revolución “socialista”, crear y fomentar el enfrentamiento entre el pueblo, alimentar el odio nacional para desde la división, para desde el miedo que provoca estar en un “bando” o en otro, controlar con mayor facilidad a las “masas” y utilizarnos, como carne de cañon, para matarnos entre nosotros mismos.
Mi opinión personal es que cada quien es lo que le da su gana y nadie tiene derecho a cuestionarlo, eso se llama respeto. Lo otro, reprimir y auto-reprimirnos es una imbecilidad mayúscula, de las que dan asco, de las que debemos avergonzarnos todos con independencia de la orquesta con la que nos guste bailar y porque, además, es de las que denigra nuestra cubanía y nos pone chiquiticos cantidad.
Yo pregunto: ¿Cómo se puede vivir en el extranjero y defender al castrismo? Pero lo que es peor: ¿Cómo se pudo sufrir en Cuba la homofobia, la miseria, el hambre y la maldad del castrismo y aun así defenderlo?
Alguien habló del “Síndrome de La Habana” y creo tiene toda la razón, pero esto es demasiado inteligente, yo prefiero hablar de descaro, imbecilidad, oportunismo, simplismo, mediocridad y “adulterio”, lo otro, lo de decir y repetir idioteces no son más que las “tripas” que ahora quieren que nos traguemos.
Ser cubano y amar a Cuba es una decisión personal y una actitud ante la vida que nos toca vivir, algunos dentro, los más valientes, otros fuera de ella, pero no menos valientes. Es también no querer guardar silencio ante la miseria, la indigencia y la desgracia que soportamos, ante los miles de seres cubanos que no tienen qué comer o cómo vestir y calzar a sus hijos, un techo digno y que albergamos la esperanza de poder erradicar este régimen de porquería para no sufrir la perra vida que nos tiene agonizando.
En fin, amigos míos, ser un cubano digno es un acto de amor en estos tiempos, lo otro, atacar a quienes dedican una parte de su vida a denunciar los horrores de un sistema que está acabando con la Patria, se llama complicidad con el régimen para mantener a los castro sentados eternamente en el tibor del socialismo.
En mi caso, y lo afirmo categóricamente, mis únicos enemigos son el castro-comunismo y su rastrera servidumbre, por lo que apoyo toda iniciativa encaminada a desaparecerlos de…
Ricardo Santiago.



1 comentario en «¿Por qué hay tanta división, tanto odio, tanto “repelús” y tanta rencilla entre los cubanos?»

  1. Esto cubano sin cerebro el socialismo destruye a Cuba y haora quiere continuidad del socialismo Batitianos la constitución de Batista de 1940 socialista donde le quita al campesino su riqueza artículo 88 donde el comunismo un derecho obligatorio dentro las empresas bajo el nombre mutualismo artículo 81 donde el Estado impone el precio de confiscación artículo 89 donde se proscribe el latifundio y además el Estado limita la propiedad privada de suelo puede tener ,donde la República es Unitaria artículo 1 que todo el poder se ejerce centralizado que libertad desean de Cuba si quieren regresar a los principios batitiano la constitución de 1940 trajo problemas en 1940 con Estados Unidos y Batista la aplazó aplicarla por dies año y 1950 dio sus primero conflicto y Batista da el golpe de Estado en 1953 para hacerse del poder y calmar a Estados Unidos que aunque no lo dijo le gustó el golpe de Estado para impedir perder su interés en Cuba y hoy cubano promoviéndonos constitución de 1940 es decirle a Estados Unidos no ayude a que la tiranía sea eliminada de Cuba .

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