La peor desgracia para un país es que le caiga encima la plaga del socialismo.
El castro-comunismo no escatima esfuerzos para mantener a sus adeptos, a sus ecos de las cavernas, a sus repetidores de señales patrioteras, a sus damajuanas de la retórica fidelista y a sus “espías” cibernéticos, en constante “estado de alerta”, creando el terror, la mala respuesta, el absurdo politiquero, las estupideces revolucionarias, las vulgaridades, la chusmería … Leer más