díaz canel, Rosa María Payá y “los perros de la guerra”.



La agresión verbal y física de pueblo contra pueblo o de cubanos contra cubanos, la instituyó oficialmente el castrismo en Cuba después del 1 de Enero de 1959. Nunca antes las calles, el civismo y la vergüenza de toda una nación fueron testigos de tan gran desfachatez, inmoralidad, vulgaridad y abuso desde el poder cuando hordas afines al régimen castro-comunista atacan a ciudadanos pacíficos con carteles mal escritos, gritos, expulsiones, para decir el lema, gestos soeces, vulgaridades, no huevos, palos y piedras.
Yo reto al mortal vivo, y no tan vivo, que se atreva a señalarme una sola de esas monstruosas y trogloditas manifestaciones terroristas antes de 1959, una sola.
La garganta de los cubanos con la llegada de los “rebeldes” a La Habana en 1959, qué digo rebeldes, de piratas bajo las órdenes del capitán barba prieta de Birán, se transformó de degustar sabrosos manjares, cantar hermosos boleros y decir las más educadas palabras a tragarse las rancias raciones de tiempos de guerra, corear hilarantes canciones protesta y proferir gritos o amenazas contra una, varias personas o países enteros.
Y es que en eso se trocó justamente la “epopeya moncadista” de fidel castro, en un acto terrorista que se inició en 1953 y que ha continuado hasta nuestros días donde, lo peor del pueblo cubano, lo más analfabeto culturalmente hablando, lo más oportunista y lo más manipulable del “torbellino” revolucionario sucumbieron gratuitamente y se dejaron incautar “convenientemente” convirtiéndose en una planadora de la decencia, la virtud y el decoro de toda una nación y su pueblo.
Dice mi amiga la cínica que la falta de respeto es la Institución más grande y poderosa que existe en Cuba desde que fidel castro dio el golpe de estado en 1959, Institución a la que pertenecen por desgracia hasta muchos de quienes se oponen a la maquinaria represiva castro-militante sin querer entender que, por esas mismas actitudes, son una extensión de esa aberración ético-existencial que es la revolución-delincuencial-castrista. Una verdad que comparto sin objeción porque está absolutamente demostrado que el diálogo y el debate entre cubanos, cuando divergemos en cualquier criterio, es un 99.972 por cierto imposible.
Porque al final de este cuento interminable queramos o no, nos guste o no, las generaciones que hoy polarizamos la sociedad cubana en el tema de castrismo vs democracia, Cuba si, yanquis no o sencillamente yo soy fidel vs abajo la dictadura, en su inmensa mayoría nos formamos bajo la “estricta educación” del hombre nuevo comunista, ya sea en escuelas primarias, secundarias, pre-universitarios o universidades y, sin darnos cuenta, somos portadores de la intolerancia, los oídos sordos, la boca abierta, la ofensa, el no me hagas hablar que yo te sé, la prepotencia, el oportunismo, el asco al prójimo, el café con sal, las malas pulgas, los dolores estomacales y el pican-pican los mosquitos con tremendo disimulo…
Tenemos que ser honestos y reconocer que lo primero que tuvimos que aprender al marcharnos de Cuba, mucho más difícil que los idiomas de los países a donde llegamos, fue a vivir, pensar, hablar y respirar en democracia. Los cubanos formados bajo los estándares del castrismo no sabíamos qué coño era la libertad, a que olía y mucho menos a que sabía. Nos creímos que el mundo más allá del muro del Malecón funcionaba con el mismo relajo patriotero que “Cuba qué linda es Cuba” y nos dimos de trompicones porque “eso”, es decir, el balluceo político, económico, cultural y social que el castrismo nos introdujo “subliminalmente en nuestros corazones”, es una realidad que solo se vive en un país como el nuestro que está a miles de años luz de la coherencia, la decencia y el buen gusto de las sociedades contemporáneas.
Que el tal díaz canel y sus “seguidores” del botiquín vacio ataquen, ofendan, chantajeen, amenacen, griten, blasfemen, injurien, repriman y agredan es natural porque esa es la naturaleza de esa ideología pornochacumbelera, por lo que quienes nos oponemos a ese monstruo boqui-sucio tenemos que actuar de manera distinta.
Por eso quiero detenerme en una figura como Rosa María Payá, una mujer cubana, joven, formada en las mismas escuelas donde lo hicimos la mayoría de nosotros y a la que nunca, pero nunca, he visto proferir en público el más mínimo descalificativo contra nadie, la más mínima agresión contra quienes se le oponen o invertir tiempo en “ligerezas espirituales” que lejos de beneficiar nuestra lucha fortalece a la odiosa bestia castrista.
Yo digo que Rosa María Payá más que admirada debe ser imitada, al menos en ese aspecto, por todos nosotros.
Ricardo Santiago.



2 comentarios en «díaz canel, Rosa María Payá y “los perros de la guerra”.»

  1. La ofensa hiere pero la mentira tambien para aclarar y de eso uds son eshasta la saciedad mienten y ofenden pero eso nadie se los enseño aqui en Cuba esa es su propia naturaleza su bajeza su poca categoria humana apostando siempre al egoismo y al individualismo asi como al acomodamiento sin trabajar para vivir de las mentiras atacando su propio pais falta de caracter y verguenza eso no pasara mas en Cuba uds se fueron y se quedaran con las ganas ! Hasta la Victoria siempre!

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  2. Ud es un desfachatado decir que Rosa Mania Paya debe ser imitada jajajajajajajajajajajaj mil veces jajajajajajaja Paya paya paya paya vaya vaya solavaya eso es un falsimetro …. verdad que dios los cria y el diablo los junta uds estan embarcaos y siguen engañandose uds mismos y despues critican jajajajajajajajaja

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