No se puede defender a la dictadura de Raúl Castro sin caer en el ridículo.





Como primer y único argumento he de decir que este engendro diabólico que es la dictadura castro-dólar-cuc es indefendible, no existen razones para sustentar o hacer creer que un grupo de pandilleros octogenarios, delincuentes morales y de lo otro, estafadores de la vergüenza, vividores, hipócritas, criminales de guerra y de paz, asesinos a mansalva, traidores de peluquines, ladrones y esbirros sigan oprimiendo, explotando, saqueando y desangrando a todo un pueblo, a un país y a su historia.
No se puede defender a la dictadura de Raúl Castro sin hacer papelazos, sin caer en el ridículo o, sencillamente, sin pretender que el resto de la humanidad, o quienes tenemos dos dedos de frente, nos riamos en sus caras o le soltemos una mueca de asco por los disparates y las mentiras que usan para intentar justificar el oprobio, la desvergüenza y el descaro.
La “obra de la revolución” es la mayor falacia que promueve el castro-comunismo o la tiranía castro-dólar-cuc que, a “pepe”, manda en Cuba, no gobierna, nunca lo ha hecho. Un gobierno, para serlo, primero que todo debe ser democrático, haber sido elegido en elecciones responsables por una mayoría del pueblo y deberse a una Constitución que represente verdaderamente los intereses históricos de una nación.
¿El pueblo cubano apoya hoy a la dictadura de Raúl Castro?
¿Si Raúl Castro u otro candidato castro-comunista se presentaran en Cuba a unas elecciones honestas, pluripartidistas y democráticas ganarían?
¿Defiende hoy el pueblo cubano a la revolución de Fidel Castro?
Al principio, cuando se estaban formando los planetas, es decir, en los primeros meses del año 1959, si, muchos lo apoyaron, muchos cubanos vieron esperanza en el hombre que prometió, como ley sagrada, restituir la democracia, respetar la Constitución de 1940, convocar a elecciones libres y, sobre todo, salvar a nuestro país de cualquier vestigio de dictaduras.
Dice mi amiga la cínica que el daño lo causamos nosotros mismos cuando vitoreamos y aplaudimos la caravana “triunfal” en la que Fidel Castro entró a La Habana el 8 de Enero de 1959. Le ofrecimos salsa de su propio asado a un hombre que hasta esos instantes lo único que había hecho era buscar protagonismo desesperadamente, que todo cuanto hacia era por y para satisfacer su ego enfermizo y que cuando sintió que era celebrado y aclamado de un extremo a otro del país dijo: ¡Que va, a mi hay que aplaudirme hasta que yo me muera…!
Fíjense para que ustedes vean que el 99 por ciento de quienes defienden hoy a la dictadura empoderada en Cuba comen carne, a diferencia del resto de la población, y es que la algarabía revolucionaria se ha convertido en una forma de vida y en la única manera de poder llenar la barriga aunque tengan que vaciar sus corazones. El apoyo al nazismo tropical de los Castro es hoy sólo un sentimiento estomacal, no les queda otra.
Las viejas consignas, los gastados lemas y la repugnante propaganda de los comunistas cubanos ya nadie los cree, ni siquiera ellos mismos, hoy por hoy sólo se escudan en el cuento del país pequeño y asediado, cosa que también es falsa, pues el manoseado cuento de la gratuidad de los servicios sanitarios, la instrucción escolar y las subvenciones de la canasta básica a los cubanos todo el mundo sabe que nos salieron más caros que el carajo. Los cubanos pagan hoy con vida, con mucha vida, por algo que no reciben ni por casualidad.
Bajo este régimen dictatorial que impera en Cubita la triste, del cual presumen sus acólitos y huelefotis de a tres por peso, Cuba se ha convertido, sin necesidad, en el país más mal educado del mundo, sólo para que tengan un ejemplo.
Quienes quieran que sigan haciendo el ridículo con sus discursitos oportunistas, esta es también una forma de cometer genocidio contra un pueblo, es tan asesino y criminal quien priva de la vida, tortura, reprime, repudia o denuncia a un opositor como quien grita: ¡viva Fidel!, a los efectos es lo mismo.
Después no jimiqueen diciendo que no lo sabían.




1 comentario en «No se puede defender a la dictadura de Raúl Castro sin caer en el ridículo.»

  1. Excelente retrato de la verdad!!!
    Los defensores de esa monstruosidad en el mundo contemporáneo deben ser también sentados en un tribunal internacional para erradicar la especie anti-humana que significan…Por eso todos nos fuimod de Cuba

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