¿Por qué Cuba es hoy un país tan pobre, tan atrasado y tan miserable?



Dice mi amiga la cínica que los responsables del desastre nacional que hoy sufre Cuba somos todos, absolutamente todos los cubanos, pero que los culpables directos son quienes defienden y sostienen esa maldita revolución castro-comunista que, tras más de sesenta y tres larguísimos años de terrorífica presencia en nuestra existencia, nos han convertido en un muy desagradable, infeccioso, pestilente y putrefacto pozo de aguas negras con peligro para la vida de todos los seres humanos, y cubanos, de este planeta.
Pero, bien, esta es una de esas preguntas que nunca debimos hacernos los cubanos pues Cuba, aun siendo una pequeña isla, con apenas unos pocos millones de habitantes y recursos económicos limitados, era, antes de 1959, la quinta potencia económica de América y, seis décadas después, para desgracia y bochorno nuestro, califica entre los países más miserables del mundo.
Y todo porque le abrimos las puertas de “nuestras murallas” al enemigo y aceptamos el enorme y fantasmagórico “burro de Birán” con sus doce hijos de fidel dentro que, cuando acabó el desquiciado jolgorio que armamos, y poseídos por los elíxires de una supuesta “revolución triunfante”, nos pasaron a cuchillo, nos quitaron todo lo que teníamos puesto y nos encadenaron para siempre, a la verja del subdesarrollo, el cuerpo, las ideas y el alma, igualitico a lo que sucedió en la Ciudad de Troya.
En mi opinión esta pregunta tiene tres respuestas posibles dependiendo en qué esquina de la mesa estemos sentados.
Los castristas, los “revolucionarios”, los chupa-tibores del socialismo, los cantautores de la moral comprometida, los milicianos de uno en fondo, los cederistas, las federadas y los vanguardias del bocadito de jamón nada, dirán que: “Compañeros, estamos como estamos, con una mano detrás y la otra delante, por culpa del bloqueo “yanqui”, de la gusanera de Miami y de estos frijoles que no se ablandan con nada…”.
Quienes no creen en el castrismo y los castristas dirán que la destrucción de Cuba, la miseria, la pudrición, el deterioro físico y espiritual, la pobreza, el hambre, la desilusión, la desnutrición, la muerte por enfermedades curables, las calamidades y el subdesarrollo a todos los niveles, se deben a los castro y a sus inventos políticos y económicos que llevan más de sesenta y tres larguísimos años asfixiando y extorsionando a un país, y a su pueblo, más allá de los límites aceptados por la lógica humana.
Los de la tercera esquina, es decir, quienes no se meten en política, a quienes el hambre ajena no los estremece, los que piensan que cada cual tiene lo que se merece y que Dios se apiade de ellos, dirán que la situación de Cuba es causa de la mala suerte, que el “gobierno” se esfuerza pero que los huracanes bla, bla, bla…
A mí, que no me gusta andar con rodeos, y que si un chino cayó en un pozo tírenle una soga pa’ que no se ahogue el infeliz, fidel castro, su falsa revolución, sus revolucionarios de dos por tres, raúl castro, los “históricos” de la bobería, los comunistas, las estructuras de poder castrista, los voceros oficialistas del régimen, los chivatos profesionales, los aficionados, los periodistas de los sobrecumplimientos, los artistas “vanguardistas”, las amantes furibundas del fantasma que recorre el mundo, los extranjeros oportunistas, los que no son cubanos y hablan mierda a favor de la dictadura y todo aquel que desde una posición activa, o pasiva, apoye ese régimen del demonio, son los únicos responsables de que los seres cubanos estemos hoy hundidos en ese mar pestilente de toxicidades castro-comunistas.
Para empezar, si realmente fidel castro y sus seguidores hubieran deseado lo mejor para Cuba, nunca habrían provocado esa estúpida “guerrita” de amenazas, ofensas y odios contra los Estados Unidos.
Sin caer en falsos nacionalismos patrioteros: ¿Cuánto habríamos avanzado los cubanos si hubiéramos mantenido las mejores relaciones con los gobiernos norteamericanos en estos más de sesenta y tres larguísimos años?
El mundo avanzó a pasos agigantados hacia la Internet, los teléfonos inteligentes y los automóviles computarizados, mientras Cuba se quedó en el periódico granma, en ETECSA y en los “almendrones”.
Para nadie es un secreto que los Estados Unidos retiraron su apoyo al General Fulgencio Batista desde finales de 1958. fidel castro, que debió entender esto como un gesto de buena voluntad hacia su “triunfante” revolución, hizo caso omiso, se puso en plan “vedette koljosiana” para alimentar su enfermizo ego y rompió todo vínculo con nuestro mejor vecino histórico hasta declararle una irracional “guerra a muerte” que, así de simple, hundió a los seres cubanos en la más absurda de las miserias.
Ricardo Santiago.



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