La revolución de los humildes, pero de tan humildes, que nos convirtió en pordioseros.
Dice mi amiga la cínica que fue justamente eso, es decir, nos creímos tanto el cuento de “la revolución de los humildes”, apoyamos con tanta devoción, tanto desparpajo, nos rajamos tanto las plantas de los pies persiguiendo un idílico e inexistente paraíso, nos llenamos tanto las manos de cayos sangrantes con la guataca o con … Leer más