Hay que ser muy cretino para creer que el socialismo multiplica los panes y los peces.
¡Dios mío, mi Padre bendito, mi Señor Todopoderoso, mi guía, mi luz, zarandéame por los cuatro costados, batuquéame y “abrázame fuerte, muy fuerte”, pues cuando creía que lo había visto y oído todo, absolutamente todo, de estos castro-comunistas defendiendo la revolución del picadillo, ahora de las tripas, se aparece este pequeñajo, engendro de los laboratorios … Leer más